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214 OTROS MILAGROS y y salud; con ella le pusó sobre la cabeza un pa queño pedazo de su hábito: con que al mismo instante abrió los ojos, y alegre pidió de comer, estuvo libre de la calentura, se vió libre del pe- _ligro de la muerte, y en pocos dias estuvo del todo a bueno. 243 Sor Isabel de la Concepcion, religiosa pro- fesa de la Orden de santa Clara, en el convento de Santa Verónica de la ciudad de Murcia (llamada en el siglo Doña Isabel Rocafull), dijo que estando aun en casa de sus padres, una vecina le vino un dia con un niño en los brazos agonizando y con una mortaja, suplicándole le tomase en sus brazos, para que muriendo en ellos, le sería alivio su do- lor: hacía tres dias que el niño no había tomado ningun sustento, ni podía paladear. Compadeciose del hijo y de la madre la buena señora; acordo tenía unas cedulillas del Nombre de Jl que le. había dado viviendo el P. Ignacio; y rogó que in- vocase al siervo de Dios, y con un poco de caldo le dió tres de ellas: y el que estaba ya sin espe- ranzas de vida, al mismo instante se vió libre del peligro manifiesto en que estaba y cobró entera salud. 244. Iba el P. Eugenio de Morella, sacerdote + de nuestra Orden, pidiendo la limosna de pan en el arrabal de S. Agustin de Orihuela: llegó á la puerta de Janaloyas, donde todos estaban llorando

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