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CAPÍTULO XXXV. 211 cida, por honra del P. Ignacio, publicó este su milagro. 238. El P. Fray José de Castellon, que se ha- llaba Guardian de nuestro convento de Orihuela cuando murió en él el P. Ignacio, afirmó que estando aun en Orihuela, sucedió el caso siguiente. Un en- fermo de apoplejía tan gar que tenia perdida el habla, y sin esperanzas de remedio ni de- vida, se encomendó al P. Ignacio, inplorando su favor: y este se le apareció en la forma que cuando era vivo, y le vió con sus ojos, y le dijo: « No temas, que luego estaras bueno »: y lo estuvo luego y libre del peligro de muerte en que se hallaba. De otros milagros. Desahuciados que libró del peligro de la muerte, CaprírULO XXXVI. 239. Ana Benefá mujer de Juan Torres, ve- cinos de Orihuela, hacía ocho meses que estaba enferma por haber tenido un peligroso parto: y por una pesadumbre que tuvo con el sentimiento, todos los malos humores de sus pasados achaques le cargaron sobre el corazon. Estaba tan apretada que teniendo por cierto su muerte, estando con las agonias de ella, fueron á prisa á llamar á un con-

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