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SUS APARICIONES dicha hermana Poba muy consolada de esta y con una alegría interior que decía-ella misma que no se podía dar á entender con palabras. Pasados al. gunos dias, le dijo un Religioso nuestro, como habían - tenido aviso de Orihuela de que había muerto e] P. Ignacio de Monzon con grande opinion de santi dad; que había hecho muchos milagros; y que log señores del Cabildo se lo habían llevado 4 su igle. sia mayor el cuerpo. Movida ella de un impulso in: terior, con una prontitud que le parecía que no estaba en su mano, dijo á este Religioso: « Yo le he visto pasar una mañana por mi aposento muy resplandeciente y alegre. » Este testimonio que Dios le había dado á ella de la gloria del P. Ignacio, no fué para que quedase en sola ella, sino para que constante por ella, por eso le hizo entónces que lo manifestara. Diole este religioso las señas del P. Ignacio, y dijo ella que las mismas tenía el reli gioso Capuchino que ella había visto. Desde entón: ces le tuvo gran devocion; se encomendó á él, te- niéndole por gran siervo de Dios, que le estaba ya gozando en su gloria. Y porque no se pusiera en duda, si era el que había visto la dicha Cata lina Martinez, tomando las informaciones de la vida y milagros del P. Ignacio, en la misma ciudad de Segorbe, jurídicamente por el Provisor del Señor Obispo de aquella iglesia el Señor Pedro Casanova: teniendo noticia de que se le había aparecido glo