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CAPÍTULO XXVII. 169 es un Santo y que hace Dios por él muchos mi- lagros. » Probó levantarse, y hallose tan ligero y suelto como si jamas hubiera tenido mal alguno: 6 igualmente admirado y alegre por la repentina salud, fué á ayudarle á subir á caballo al P. Igna- cio, dándole las gracias con todos los de su casa por tan señalado beneficio; y él se las dió á ellos por el buen hospedaje que le habían hecho, y comenzó á dar prisa al jumentillo para salir presto del lugar, huyendo el aplauso, si el milagro se divulgaba en él: como sucedió que constándoles á todos de la enfermedad, viendo á Juan con tan repentina salud, celebraron con admiracion las grandezas de Dios. De las maravillas que obró en algunos animales en beneficio de los prójimos. CaprítuLO XXIX. 199. Extendiose tambien la caridad que el P. Igna- cio tuvo á sus prójimos, en el remedio de sus ani- males, para que no les faltase su servicio. Como los crió Dios para el de ellos, dolíase de la falta que les habían de hacer, si les faltasen al remedio de sus necesidades: por esto su caridad para ellos se

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