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CAPÍTULO XXVII. - 163 De esta niña que trae enferma de los ojos »: y él le dijo: « hermana, entre en la Iglesia y tome agua bendita, que tiene muchas propiedades »; y la mujer entró en ella. Todos estos testigos afirman haber oido de la boca de la misma madre que el P. Ignacio había dado la vista á su hijo ciego de muchos años: y el mismo P. Ignacio cuando lo oyó decir á la mujer, no lo negó, pero como humilde dió toda la glo- ria á Dios, diciendo: « Dios le ha curado el hijo, y dice que soy yo », y porque no lo confirmara, la echó de allí, diciendo se entrara en la Iglesia, desviando de sí aquella honra, dandósela toda 4 Dios con cuya virtud había obrado aquella maravilla: que es propio de siervos de Dios, darle á El toda la gloria de semejantes obras. De otros males de que Mbró á muchos. CapríruLOo XX VITI. 193. Fuera de las referidas, libró 4 muchos de diferentes enfermedades con el poder que Dios le dió sobre todo linaje de ellas, como lo.prueban los casos siguientes. Ándres Lopez, vecino de la ciudad de Orihuela, padeciendo muchos dolores en todo su cuerpo, le sobrevino otro que fué quedar caidas y sacadas de sus encajes las mandíbulas, que ni y o d Par a deb