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158 MILAGROS y como muerta trataban de amortajarla. Llegó e] P. Ignacio y su padre; hallaron á todos los de sn casa llorando, diciendo que ya era muerta; hacía ocho horas que la reputaban como muerta, el cuerpo helado, sin indicios ni señales ningunos de vida. Apénas la tocó el P. Ignacio, cuando dió una voz diciendo: « Madre de Dios de Puig. » Llegó su padre y quitole la sábana con que tenía cubierto el rostro, y le dijo: « ¿qué es, hija? », y respondió ella: « La Madre de Dios del Puig y el P. Ignacio se me han aparecido, y me han dado salud. » No había aun visto al P. Ignacio: y este en oyendo lo que decía la mujer, la dió su bendicion, y sin decir palabra se salió de la casa y se volvió al convento. Y la mujer se vió fuera de peligro: pero quedó tan sin fuerzas del trabajo que había pasado y tan sin salud, que no tuvo leche para criar 4 su hija, y la dieron á una ama que la criase. Hacía siete meses que la criaba, y el ama burlando la dijo un dia: « Señora, ¿no probará á darle el pecho á su hija? », hízolo felizmente, que quedándose con su hija la crió veinte y dos meses, con admiracion de todos los de su lugar, á quienes la mujer referió muchas veces que la Madre de Dios del Puig y el P. Ignacio se le habían aparecido y dado la vida y salud que tenia, cuando la tuvieron por muerta. 187. Dorotea Clemente, mujer de Antonio Juan, vecinos del lugar de Museros, tuvo un muy traba- A . 0 UA E A AO +0 a Paper pm ema do ] plo É -» pe A .” ii iaa das Genrraniics clio PP mea cs a” rs ma . - . : E a a : F S . . , Ú .y » dd Mi Y ; ee de ó > > sl p ee ú bi sie per e dla a La o As vi A 3 e pi al AT eg ir dos ia ad PREIS EA O: 5 EAS ee PRA rias PEE A a EN Ñ ? A e e" d eS : A RD de E SA TA le JN A ER Ma E ( de ] Y ADS Md 19 A E E e dae wr da “a a AS Ad le . , e gi ts ». yl UA iy 3 ' Hr s e MS pos 5 FP 4 A IN A A E ARA 5 $ e di" TA e E Le AY 0 4 Va CA " ye 0 q is FA ¡a EOS a x a y dá IA . En, " A j : A A A o 5 4 E * y y A de , eS ! >. á 4 z , y >, Ñ e Y ES A dl