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2 . A PP. eS: y cd + 1 RR lo, E PA 4 » ' Ns En se SA 8 3 PAN >; á > a! de E ETE io a 4% 5d $ P=N dE RE ad di A pos E HO + ld ¿Pg pu k y » » de CAPÍTULO XXV. 153 ES En viéndolo quedo fuera de sí y se arrojó á sus pies, conociendo que era el que dos meses ántes había visto en sueños que venía de Orihuela 4 Murcia con el barco rio arriba. Rogole con lágrimas se doliese de ella, y le pidiese á Dios la librara de aquella hidropesia y molesta enfermedad que pa- decía sin alivio ninguno. El P. Ignacio consolola di- ciendo que confiase en Dios, que su Majestad le da- ría la salud que deseaba. Diole unas cedulillas del Nombre de Jesus y dijo que las tomara con un poco de agua, y que rezare la devocion que quisiera. ys Tomolas, y al mismo instante se le quitó la calen- > tura, y dentro de pocos dias se vió libre del todo os de la hidropesía, quedando sana y buena del todo. 180. La dicha Beatriz Vazquez tenía una hija de | edad de seis años, que padecía la misma enfer- o; medad de hidropesia; y como ya hubiese expe- rimentado la maravillosa virtud del P. Ignacio, confiando gozaría el mismo beneficio hizo se la lle- vasen en brazos para que le diera su bendicion, porque por su pié no podía ir. Llegaron á él los que la llevaban, suplicándole bendijera á aquella niña. El lo hizo y le dió unos Nombres de Jesus. Diéronselos allí mismo con agua, y desde donde estaba el P. Ignacio la niña que había venido en brazos ajenos, volvió alegre por sus mismos pies á su casa, dando motivo á cuantos la vieron de que ya? alabasen á Dios; y dentro de pocos dias estuvo $