BCCPAM000543-2-06000000000000

TS SA .. y s + 7 ” Ú ” 0. S " AE A Tp e pS pS 20 PE As: it e E «ll E 3 ' ' el e e » LA pa 4 p a ; Ss A Y Aa “e a Y LA , a : Pos a ; MILAGROS poco en su casa; entró y dijole el cuidado con que E estaba, aguardando al cura por el peligro en que es. taba su criada. Quiso verla, díjole los Evangelios y otras oraciones, y vuelto á su amo le dijo: « Grande es la calentura que tiene, pero no hay necesidad de darle el Oleo santo, que con la ayuda del dul. císimo Jesus no morirá de esta enfermedad ; presto estará buena ». Y fué como lo dijo, que luego le dejó la calentura. Despidiose el P. Ignacio, y llegó el cura con los Santos Oleos : le dijo Jaime Tibes lo que había dicho el P. Ignacio; el cura, para más certi= ficarse, llegó y le tomó el pulso 4 la enferma, y admirado dijo: « Verdaderamente que está sin ca- lentura, ni tiene necesidad que le administre el Oleo santo »: y sin dárselo estuvo muy presto buena. 171. Pedro Vicente, natural de Orihuela, tenía un hijo niño con calentura contínua, y cada instante estaban esperando cuando espiraría. Por la larga experiencia que toda la ciudad de Orihuela tenía de los muchos milagros que Dios obraba por el P. Ignacio, en sus mismos brazos le llevó al niño enfermo á su convento para que le diese su ben- dicion. Diósela, díjole los Evangelios, y diole con un poco de agua un Nombre de Jesus: y apénas lo había acabado de tomar, cuando le dejó la calen- tura: y aquel mismo dia anduvo alegre por su pié el niño, como si no hubiera pasado mal ninguno.