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CAPÍTULO XXI. 123 dijo, entendió qúe moriría, y fué así que murió dentro de un mes. 133. Ursula Bonet, mujer de Esteban Montalt, vecino del mismo lugar de Masamagrell, estuvo una vez enferma y muy de peligro, pues trataban de darle ya el Oleo santo. Visitola el P. Ignacio; di- jola los Evangelios y le puso su mano sobre la ca- beza, y la dijo: « No tema, que no será nada su mal ». Estaba presente el Cura, y le dijo: « Bueno será que le demos el Sacramento de la Uncion ». Respondió el P. Ignacio: « No hay necesidad: ma- ñana estará buena y se vestirá »; y vuelto á su marido que había de ir el dia siguiente á Valencia por unas medicinas que había ordenado el médico para la enferma, le dijo: « Mañana cuando vuelva, ya hallará buena á su mujer vestida sobre la cama. » Extrañaron los presentes lo que le oyeron decir, que aunque era grande la opinion que de él tenían, juzgaban se engañaba en lo que decía, miradas las circunstancias en que se hallaba la enferma, que aunque no muriera les parecía había de menester muchos dias para convalecer; pero al dia siguiente vieron todos cumplido lo que dijo, porque aquel mismo dia la dejó la calentura y al dia siguiente se vestió sana y buena, y cuando su marido volvió la halló vestida sobre la cama con grande admiracion suya y de todos los de aquel lu- gar que alabaron á Dios viendo tan patente milagro. A % a A 4 di m á TITS ETE AA AAA a o
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