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PROFECÍAS puede ser? replicó ella, si está hecha ya la pro- A vision de “bizcocho y fletada una barca por su cuenta, y todo á punto de partir hoy mismo.» = « No importa, dijo él, esté sin cuidado que no se embarcará: déjele rodar, que la aseguro que no irá. » — « Pues¿ qué haremos de tanto bizco- cho? » dijo ella: — « Nos le partiremos, dijo el Padre Ignacio, y crea que Dios le estorbará para que su marido no se embarque. » Yendo el ma- rido aquel mismo dia á embarcarse, cuando llegó á la lengua del agua halló embargada por órden del Virrey para sus hijos la barca que tenía fle- tada: con que se estorbó la embarcacion del dicho Jaime Gualda, y su mujer con la admiracion que se deja entender, viendo lo que juzgaba imposible efectuado puntualmente como el P. Ignacio se lo había dicho, y alegre y agradecida envió la mitad del bizcocho al convento de santa Magdalena á los Padres Capuchinos. 125. Tenía la dicha Juana Alba enfermo en su casa un criado mozo que se llamaba Vicente Gil. Llamó al P. Ignacio para que le dijera los Evange- lios. Fué y estuvo mirando al enfermo con mucho cuidado, y vuelto 4 la misma Juana Alba la dijo: « No le quiero decir á este mozo los Evangelios, mejor es que se lo lleve Dios ahora de esta vida, porque si vive ha de morir ahorcado »; y al dia siguiente envió á saber si había muerto con ánsia

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