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a . Y > 2 - INTRODUCCION de ys $ á4 mí me se debe toda: y al que yo comunico mis a no le doy con ellos la gloria que de ellos , que esa como autor de ellos, se me debe NS, y cuanto los mios fuesen mayores, debe el alma que los recibe humillarse más y mostrarse más agradecida y obligada. Aun por esto no comu- nica los suyos sino á los humildes, como lo dijo por S. Mateo: Confiteor tibi, Pater domine coeli et terrae, quia abscondisti haec sapientibus et pruden- tibus, et revelasti ea parvulis; porque sabe que en aquellos peligra, y en estos está segura la gloria de los suyos. Esto mismo dijo el Apóstol Santiago: Deus superbis resistit, humilibus autem dat gratiam; porque los humildes por grandes dones que vean en sí de Dios, se reputan indignos de ellos: y por grandes que sean las obras que hace por medio de ellos, se juzgan instrumentos inhábiles para tanta gloria, humillándose como indignos de ella. Que es lo que dijo el Eclesiástico, 3: Magna potentia Dei solius, et ab humilibus honoratur. El poder de solo Dios es grande; y los humildes son los que le honran. Es grande el poder de Dios, dice Nicolao de Lira, porque siempre puede dar más y hacer obras más grandiosas: y por esto le honran los humildes, porque conociendo los humildes que son - SUYOS y que es suya la gloria de los suyos, le obligan 4 que manifieste con ellos más su poder, dán- doles otros mayores dones. Dona Dei multiplicantur,