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si AA AO A pa PTAS TREO e A E <a a oe e A pl AN Ñ erro ill ir bt CA id 1 da la Ciudad á nuestra entrada, y se dió Mision el dia aunque en el modo principio a 18 siguiente en la forma comun de hablar yo. era con ardor, fuego y eficacia terrible. Así seguí varios dias IMULOrIO que Sí c in moverse el Napo nía de los vecinos, y de toda la comarca: el cuarto ó quinto dia hice un acto de contricion muy fuerte v ya em- pezó á moverse algo el interior de todo Las doctrinas todas y el modo era duro, fuerte, y muy convincente Llegó el día dispue to para la funcion de ent 511 poderm« Ir a la mano, MIZOS, Y pi el extremado concurso no pudo er en la lgeli sia como se había pensado, y fué forzoso pl 1%a, como se había hecho el primer dia. Fué este ardor y fuerza de lo que puedo insinuar á V.: Escritura, voIvernos á la sermon de más cada pu uje di la sagrada ó de alguna historia oportuna era una espada que no dejaba efugio, ni tenía 311 golpe resistencia ; y yO mismo lo último el Santo conocía así. Tomé por Uristo y empezé á reconvenirles con lo duro de aquel precepto, proseguí ale- gando nuestro derecho á la honra, y les dije con despego: « ? | y nuestro honor? dispuesto: y Señor, ¿qué ley esta tan dura tú así lo has pero ¿ qué sabes tú lo que es honor? tú, nacido en tre bruto bre carpintero, tratando siempre con la gente más soez de 3, criado en la tienda de un po los pueblos, v últimamente muerto alfrentosamente en esa Cruz. ¿qué sabes lo que e ho- nor y estimación? Anda, Señor. que tú no sabes de €80..€S muy dura €sa ley para nosotros. » Levanté aquí furio samente el Cristo contra el pueblo, dando a conocer algo lo horrible de estas. blasfemias, expresion tan co- mun en el interior de los que se ha- llan entre odios, y dir al Señor se levantase concluí por pe Í tá juzgar su y finalmente le pedi diese nuevo caus 01 mplo de perdonar á los perdonándome á mí, ete. A Cone migos, esto se deshacian en llanto, se tiraban aleu nos por el suelo, y fué notable la con moción de todos. Las resultas fueron prodigiosas e reconeiliaron todos: se tratóde finalizar los pleitos, y así se efectuó en los dos 6 tres posterio | lí seguí predicando, y 14s que con pasmo- y admiracion de ' cuantos lo han sabido, se compuso á mi satis Ñ ' Z CAPÍTULO XVII! facción todo, porque unos y otros se pusieron en mis manos, y quedo todo remediado: Dios sea alabado por todo. 203. — « Otro caso notable sucedió en esta ocasion, v ue que unos señores de un pueblo algo distante vinieron con un crecidos nHmoO, unico heredero de sus caudales, para que le dijere algun E- vangelio por estar totalmente baldado de pies á cabeza: hecho esto, se vol m el desconsuelo de no haber pi ro dejándose en el enemistad vian « logrado alivio; pueblo una con «otra familia. En el có el coche; arrojó A todos fuera por ruedas por antigua notada camino se vol- los suelos, y pasaron las encima de las Señoras sin hacerles daño alguno. Con esto por el susto se vol- vieron á Baza para $ sin querer ó sin saber como, fué aquel dia siguiente la funcion dicha, Í tieron á ella, y resultó el liarse con sus enemigos, causando no sangrarse, — y asIs- reconct- pequeña admiracion en todos este su- CPSs() 204, — « Los dos llos Cabildos de Guadix y Baza me han nombrado por su hermano é in- dividuo con todos los honores E privile gos que á un prebendado corresponden en vida y muerte; cabildo que para ello en cada catedral hicieron. Á una y Otra (carta) respondí dando las gracias, y comprometién recompensa » por cartas separadas acordado así en dome á la 205, Rico nuestro Beato de méri- tos, y abrumado por los aplausos de las gentes salió de Baza para Granada, donde logró ver confirmado eficaz mente cuanto había hecho para la pa- cificacion de los habitantes de Baza 11 11 de Junio fué á Málaga, en cuya ciudad permaneció hasta Agosto, para restablecerse de sus achaques y fatigas Frontera por varios asuntos como se dirá en el capítulo siguiente. « Por (de Baza á Granada), dice el ta, fueron pueblos inmediatos, Luego paso al Jerez de la los caminos Beato en la misma c: grandes los COnNCUPSOS de los que alguno distante una legua se des pobló para salir á ver y pedir la ben- dicion á este monstruo de ingratitud y de miserias. Yo apurado con tanto, i Mn alguna sequedad y huía casi siempre; me enladé, y e despego hablaba, y esto suele despues desconsolarme no poco. ni