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TIN arm PEL IT ma | 18 CAPÍTULO Xt ha conseguido 6 añadido mi P. Fer- nandez ; y Inu go que nn Pecoj! tuve como una media hora OMmoO UNOS ma 108 Vv p o tan ertes, que apénas ) podía invocar el dulcisino nombre de Jesus, y esto estando despierto; y por dos veces ne parecio espiraba: clami á Dios, hice los propositos que despues no cumpli, Hamé í María Santísima mi Señora, y se fué de svaneciendo aquello, » 130, Antes de terminar este ca pítulo en que el e píritu del B. Diego ge nos presenta tan Oprimido y desa lentado á la menor proposición de cal go 6 de Prelacía, nacido este del bajo concepto que de í mismo tenía for- mado, bueno será hacer constar que léjos de ser de ántmo rís ido y severo, como prodría parecerlo, era por el contrario franco, benigno y amable con los demas, 1 ido el consuelo y apovo de los que legrít mamente llamados á ocupar las dignidades y oficios de la Orden, temían con exceso tales ofi cios. Igualmente llena de piadosa con descendencia era su conducta para tranquilizar á aquellos de sus her manos en religion que llevados de un celo, á veces excesivo, de aus teridad claustral, e afligían, Ó por no poder lograr sus intentos de reti rarse á conventos de especial y más ri gurosa y severa observancia, O por no poder cortar lo que con TPazon 0 sin ella juzgaban ser abuso y rela- jacion. Ambos puntos trató el Beato con admirable sabiduría, discrecion y caridad en la siguiente carta escrita á un Religioso de la Provincia de Navarra que le consultó, y reprodu cimos integra. Dice así: « M. R. P. y de mi mayor veneración: Con la debida gratitud he recibido la mus apreciable de V, C. por mano de mi R. P. Provincial, quien me encargó le conteste como lo hago de muy buena voluntad, desentendiéndome de mi es tolidez monstruosa y hablándole con la sinceridad que debo y V. C. man da, asegurándole que de sólo leer su carta le he cobrado un amor particu lar, porque veo su deseo de- acertar con el fin de su vocacion y de sal varso, puntos de que mis « bras distan mucho, infinito. Mis cuidados me ocu pan, y así no me es posible extenderme en la respuesta; pero V,C, entiendey entenderá más de lo que yo le diga,y esto me aquieta y sosiega en los LO- : E á mores que son inseparables de una rudeza tan desmedida como la mia 131. — « Si mal no recuerdo se reducen á dos las preguntas que V. C. me hace: la una sobre el rumbo y P conducta de su vida en la Religion ; y la otra con respeto á las Prelacías que le aseguran han de darle, El deseo eficaz que Dios á V, C. mi sericordiosamente le ha concedido de salvarse, le hace apetecer la más pura observancia de nuestra santa Regla y de nuestras Sagradas Consti- tuciones, y si esto no fuera así sería aquél vano y del todo infructuoso. Pa ra ello quisiera vivir en uno de los Seminarios de Misiones que hay en otras Provincias, 6 en Conventos de la más pura observancia Ó conseguir de los Superiores la licencia de abs- tenerse de la racion para la cual se hace recurso. Confieso que todo esto es muy laudable; mas V. €. no puede dejar de conocer que no es preciso. Buenos son y siños los Seminarios, pero ¿que sería de los Ri ligiosos que no vivimos en ellos si sólo allí pu- diésemos vivir como Capuchinos y sal varnos ? Yo soy uno de los apasiona- dos á ellos y he pretendido dos ve ces estar en su familia, pero aun es- tando admitido ha dispuesto Dios otra cosa. No hay Convento por relajado que sea donde con más ó ménos tra- bajo no se pueda observar nuestra santa Regla haciendo hombros para su- frio la censura de los (que son de otro modo de pensar y desentendiéndose de cuanto se ve y se 0vye, como si no tuviésemos estos sentidos, La union fraterna con todos y el trato con nin guno hace que nos dejen, y que con la paciencia poseamos en paz nues tras almas. Tengo para mí que en la comunidad más perdida nunca falta un Religioso que con su ejemplo nos a vise que Dios nos pone aquel fiscal para que veamos se puede hacer lo que juzgamos imposible. El mayor es collo suele ser el de los recursos para las necesidades Religiosas, de paños menores, suelas, tabaco y chocolate para el desayuno los que lo usan: mas esto fácilmente se excusa con las Misas, cuya limosna se debe «quedar en la comunidad componiéndose para ATAR A. Pa e ¡RIIIE
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