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HORROR DEI 125. A Agradezco a v.. P. mio. el permiso y órden para renunciar las Prelacías, y crea V. no esperaba mé nos de quien el Señor hace testigo de mis interioridades, y por la Maestrí pio si lograse hablarle, en tal forma lo que toca « no dudo me diría v. lO pro que si la tuviese admitida, aun me mandaría Vv; á mi el que la ri nunciase, 126. « Ahora, P. de qué pide Ni perd mM a quien no merece mi alma, ¿ por su memoria ? ¿ que agravio, q 1e Ijuria, qué ofensa me hizo mi P. en di rme lo que Dios le mandó que me dijese ? ¡Ay, P. mio! V. me confunde, y Dios me abisma en el cieno de mis rias. V. por Dios pel 1n1se- dóneme a mi, que la satisfaccion de hijo y nieto me hizo abrirle así mi corazon 127. — La segunda « “1 « Mucho siento molestar á V., esta sólo va dirigida -á darle las gra- lA cias por tanto como se esmerta con este abismo de miserias y monstruo de maldad. ¡Ah cómo veo, amadísimo P. de mi corazon, cuánto va Dios nues tro Señor justificando su causa por lo que por OS Padre, me dice y propone ! ¿ quién soy yo para tanto? ¿quién es Dios para que así se acuerde de mí ¡y yo sin conocerlo! ¡y yo sin adver tirlo, y lo que es más, sin correspon der á tanto! ¡yO detenido ! ¡yo ocioso! ¡yO perdiendo Ñ | tiempo! Poco es esto. ¡Yo abusando de su piedad, apurando su paciencia y provocando su justicia, con la disipación, con el mal uso, y aun con el desperdicio de sus obras y de sus beneficios! ¿y vivo ? y no mue ro? y no reviento de dolor ? ¿no me deshago en amor del que así (olvidán dose de mí) me favorece ? ¿0h P. de mi alma ¿qué he de decir? diré lo que dirían las mentes si viesen este interior, y si conociesen lo que soy delante de Dios. que soy el más vil, el más ingrato v el más desconocido, y por eso el pesuno di los hombres por mi dureza, por mi seguridad y por mi ter maliciosa porfiada, sino obstinada y refinada gratitud. ¿Quién sino yo amado P. mio, resistencia € 1 al leer las ssñas vonderosas eláusu las de sus divinas cart 1S, que casi e- BEATO Í TODA PRELACÍA 7 videntemente conozco dictadas de su perior luz, pues me hablan más al in expro- igo, no se desharía en quién no ardería y se abra sólo yo, sólo yO, solo yo que asi antes culpa, y no Is verdad que LO terior que á lo que las mias san: quién lágrimas? saría en amor á Dios ete. ? como despues persisto en mu salgo de mi cieno palabras obran en mí, lo que todo quiere e mienta, aunque ni sé decir ni entiendo, creo es lo que V. P no lo declare puedo mirar sin horror esta inacción, hallo. V., Pa Dios así lo mas con todo, vo no O que St vo en que meo dre, lo entiende porque quiere, y yo con eso vivo más satis fecho, en cuanto le aviso v dov cuenta, 128. — « ln la de decte que apetezco, que deseo, que ansio, ' lo pr sente debo que revient que V p su permiso para mis salidas, mi corazon por el retiro me ha mandado, no obstante Estas las miro con horror y desconsuelo; y pue- de V.,P aliento que el permiso de N mio0, creérmelo, no llevo otro P. Voy tí mido, receloso, cobarde, y como quien obra contra el gusto del que ama, y de Kino poder yo unter la su con el obedecer a mis Pre sea agradar jecion á Y lados me amarga infinito: pues el co razon, la voluntad y el alma toda se inclina, se va, se deshuce por lo que V P. quiere aunque no lo mande, más la ejecucion violenta pero resignada, se la lleva el órden de mis superio res, Cual estará el alma entre dos extremos, Vos Padre, Yo sólo digo que á serme po donde las me viesen, ni tuviesen noticia de mí; estos puede cons! derarlo sible, me iría gentes no v no obstante que este retiro lo co nozco sembrado de amarguras y €S- le quiero, le umo y daría grarlo las dulzuras de la más alta conten placi m, si la tuviese. 129, — Yo sigo amarguísimo con mi obrar; una noche tuve un sueño, en que me se propuso iba descaminado en el modo de mi proc ler en ni Ministe- rio; era el enemigo el que me lo pro horror; sueño, porque ponía y quedé con bastante vo no sé como fué el en despertando, apénas hallé memo- ra de haberle teni lo, y por mus que he hecho, no he podido averiguarlo lo que soñé, Otra noche falte por za y miedo á una disciplina que mé pere-