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PP _ AMM ar 8 95. — Concedióle el Señor la vida á nuestro Beato, quien 1 biendo ido pOr Junio del 76 á « fermedad á Alcalá lel Rio, cido volvió á Se lla pasó á Málaga por Julio, y por Octubr Cabra y ' y concluidas sus ta reas apostólicas en estos put blos vol vH nuevamente a Sevilla, en cuya Ciudad permaneció hasta Marzo del 1777 que Cádiz y de vez á Sevilla De aquí “alió para Mon tilla y legó el 18 de Abril, desde de escribió el Beato á su Director di- cami fué á egresó otra pues re don- a todos los dias que ne nado me ba Jlovido 965. — Predicaba nuestro Beato en Se villa el año de 1776 en la Parroquial de Sta. María Magdalena la novena de Ntra. Señora del ma efigie que en ella se venera, en oca ciendo: Amparo, hermosísi- sion en que visitaba aquel convento el Rmo. y lExmo. P. Fr, Erardo de Rad kespurgo dignísimo General de nues tra Orden, y prudencia, de muchas letras Aunque aAnNOCiKn cido sugelo acababa los ser mones muy por ser en el mes de Noviembre, el tiempo lluvioso, y la Iglesia sobrado distante, luego que concluía se venía al convento porque dicho Reverendisimo quería consultar con él asuntos graves, y no había otras horas que las de la noche, Concluida en una la conferencia con su Superior, se bajó á la Capilla del Sagrario, qui Zas á consultar con Dios los negocios que acababa de tratar con su General. Mas como el Espíritu Santo lleva la mo, como que era su Director y consulto: tual, Aun dentro de la enfermedad solicitaba un caballero de los principales de Sevilla hacer una consulta al P, Diego: el R. P, Guardian no se pudo excusar por las circunstancias en él elda del P. cuan- estaba convaleciente, y al salir el P, Guar concurrian, y asi lo entró en la do ya dian, lo detuvo el P, Diego para que presenciase la consulta, y expuesta el caballero, suplicó al P, Guardian que respondiera; el P. lo hizo co- mo correspondía, y no conformándose el caballero con ello, el P., Diego no ) tando con el dedo al Crucifijo: « Aquel Señor lo respondía más qu dice, yo no, ni el P, tampoco, aquel Señor lo di- ce En esta ocasion como en otras resplandeció la prudencia del P. Diego, dando al Prelado y á sus letras el lugar que le correspondía y enseñando al caballero que las doctrinas que se le daban eran de Jesucristo Á quien caballeros y pleh=yos decor, (US, A. ] CAPÍTULO XI. mente de los que inspira á donde quie - re, fijó en la del B. Diego esta expre sion de Salomon: « Si los Cielos de los « Cielos no son, Señi capaces á con- teneros : cuánto ménos este templo que yo he edificado. » Come lo apli- caría nuestro Beato al SS. Sacramen í nte quien oraba Deus set»: lo que sabemos es su alma se abis- mi en esta mé 10n, que su espl- ritu se caldeó en el fuego de su ora lientes suave manifestaban sus : Entre vOZz que decía « acércate a mi y le Ins- 10n, cual USDA ellós ovo una truiré », y á su eco cual se puede mover la pluma al viento impetuoso, se sintió arrebatar por el -aire con el Altar (1), sobre la mucha velocidad hácia d mde arrodillado peci ' pegado al la bernáculo, dijo así: oOy60, mesa, su puerta del Ta- hablad, Señor, que vuestro siervo Kn seguida escuchó estas palabras: « Si en fuerza « de mi amor á los hombres, me que- dé sacramentado con ellos en las « Iglesias y Sagrarios materiales, y en « ellos recibo con agrado los obsequios me rinden, to y complacencia estaré en sus pe ¿con cuánto más gus- « chos, cuando este es el lazo con que hasta la Kn ello entiéndelo así pa « Jlromet estar con los fieles ' « consumación de los siglos ? « tengo mis delicias: « ra tu enseñanza, y predícalo á todos, a para que nm amor sea « dido. » A sos (2) que esto oyeron y oraban en dis correspon poco vieron dos Religio- tintas partes de la capilla, donde per maneció hasta la aurora, exhalaba con ínuos suspiros. Desde entónces se le notó grande empeño en dilatar Ó ex tender el Jubileo circular en que tra- bajó lo restante de su vida, 97. Por las important Ss noticias que contiene sobre los trabajos apos Sevilla enfermedad, tólicos del Beato en despues de su grave ercemos 0- HO la dulcisimay atractiv voz que sal lel Sag ario, y ve aquí que en el mismo momento 1 pesada mole e su cue ) se levanta y mueve n tanta ligereza como un torbellino de viento > mover una pluma; y desde el sitio en que Ja vuela á ponerse postrado ante el Sagra- rio. (MS, A.) 2) Los PP, tillejos, ambos de vida muy ejemplar, El coloquio y 1 Oviedo y Juan de C1s- gustin de duró media hora. INTRIGAS AR AMENA
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