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APÉNDICE 101 sostenerte para que no caigas; aviva tu fe y tu esperanza, C ando te veas más atribulada, y experimentarás lo bueno que es Dios para t1.- (Málaga, 9 Julio 1784). Mucho siento, hija mia, tus padece- res, y las desazones que tienes con los de Moron si les conviene, y á ti te dé el espíri su Majestad los alivie tu de fortaleza que necesitas. ] no desfallecer en la dura batalla que ex perimentas: por esta eres digna de compasión, como de envidia por el eran mérito que atesoras con el sulri miento y el triunfo. Aviva siempre tu fe en esas tentaciones, crevendo está Dios contigo, peleando por ti y ven ciendo al enemigo: éntrate en las sa cratísimas llagas de Jesucristo crucifi cado: ponle tu alma á sus santisimos pies y á los de su benditísima Madre, y experimentarás su asistencia, halla rás la seguridad, y te verás muy dis tante de esas miserias Déjate toda á la voluntad de tu amabilísimo Esposo, sin querer cosa alguna fuera de ella, Así nos enseña Jesucristo á vencer las tentaciones, no ménos que con la oracion humilde y permanente, Sigue lo fielmente, que ya llegará | | tiempo en que se acabe este trabajo y goce tú espíritu las dulzuras de su Dios. ¡Ronda, 16 Agosto 1785). Tus tribulaciones y apuros me com padecen mucho; pero conozco la mise- ricordiosa mano del senor que pol esos duros medios va purificando tu alma y preparándola para que sea dig na habitacion suya, cuando te una á sí por verdadera caridad. Nada te mas en medio de esas borrascas: a- viva la fe de la asistencia de Dios en tu almá para tu defensa, y asegúrate en la esperanza de su infinita bondad, para no titubear ni perder la paz de tu corazon. Muy duro es el padecer pero creeme, hija mia, que sus 'rutos son sobre toda ponderación dulces y provechosos Una vista sencilla á ella yá Jesucristo crucificado endulza las amarguras del más fuerte radecer... — Yo he estado malo desde que He destrozado; gué aquí, porque venía muy ya, a Dios gracias, estoy mejor O Ca- si bueno, de modo que tengo dispues- to ya el ¡eme a Málaga. (Ronda, 21 Octubre 1785 Dichosa tú, hija mia, que por medio de tan grandes aflicciones te va el Señor preparando la corona de sus inmensos premios en la Bienaventu ranza. (Málaga, 22 Noviembre 1785) Aquí llegué el dia 11 del pasado, y el 16 di principio á la santa Mision. Por el camino hubo algunos trabajos de frios, lluvias y nieves, y Cosas se mejantes; pero, á Dios gracias, llegué bueno y sigo sin especial novedad: aunque el primer sermon me dió un accidentillo, que me sacaron del pul pito bien fatal, mas el dia siguiente pude continuar esta santa tarea (Za ragoza, 2 Diciembre 1786 Recibo esta á que correspondo con la pronta respuesta que me encargas. Pero para en adelante, te prevengo dos cosas: la primera, que nunca ad mitas cartas sean de quien fuere, con la precision de responder á vuelta de correo, porque mis ocupaciones no son con ellas composibles y» suelen ser ponderaciones de necesidad lo que en la verdad no la tiene el asunto de esta carta, para mi bien repugnante y futil. La otra, que no me recomiendes empeños que no sean de los que á mi ministerio corresponden, como no0 lo es el de esa señora tu pariente: en el que ni por remotas noticias entien do ni puedo hacer cosa alguna, y me ha sido forzoso devolverle los papeles con bastante desazon mia. Ronda, 15 Enero 1788). El Todopoderoso cuida de ti y €s necesario que en las mavores urgen cias esperes en su bondad, y por me dio de nuestra Madre Santísima sol cites y pidas tu remedio. (Ronda, 19 igosto 1788). Mucho me compadezco hija mia, de ese pobre caballero enfermo, de quien por encargo de la Puedes decirli que se a- señora su mujer me hablas. plique á estar siempre ocupado en al guna cosa, para que go fantasia noO le atormente y principalmente que fre cuente cuanto puede los santos 5A- cramenlos y se deje de medicinas; sé guro que sí así lo hace, lo 1 1 'ASArá mi jor en esta vida y en la otra; envíale esas cedulitas de Nuestra Señora, que es lo que tengo al presente... — Pro cura conservar la paz interior. Con mantener fija la presencia de tu ama hilísimo Dios en tu alma, y estuérzate á padecer por su amor lo que se dig-