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APÉNDICE 391 Las once. Digo que al tocar la hora El metal dice al oído: Hombre, levántate y llora Lo que en pecado has vivido: Confieso, mi Dios, que he sido A tu ley inobediente, Obstinado é insolente; ¿¡ Y no muero al acordarme De que podéis condenarme Antes que las once cuente ? Las doce. ¡ Oh, qué voces tan fatales A todas horas escucho! Pues dicen me acerco mucho De la muerte á los umbrales: Todas son señas mortales, Que aunque de salud rebose, Mi ser caduco conoce Que hácia su fin ya camina Y puede ser la ruina Antes de tocar las doce. « Esta hermosa composicion es origi- nal de nuestro V. P. Diego de Cádiz (decía en 1892 el P, Diego de Valenci- nas, á quien debemos no pocos docu mentos referentes al Beato), cuyo au tógrafo se conserva en nuestro Con- vento de Sevilla con alguna imperfecciones, propias de toda versl- ligeras ficacion á la cual no se haya dado se- trasladamos fundada- gunda mano: por eso la de una mente creemos corregida por el mis- mo,V. Padre. Más de una vez se ha mblicado esta composicion, ya en hoja ] ¡ ] ] copia antigua, que suelta, ya coleccionada en algunos de- vocionarios, sin hacer mencion siquie ra de su preclaro autor, y con el pésimo gusto de adulterar al- ademas gunos de sus conceptos y añadir O nemos insertado CoOnoZzZ tros; por lo cual la para que nuestros lectores la can en toda su pureza, tal como salió corregida, de la pluma del V. Apóstol de Andalucía. » (1) (1) El B. Diego « componía en verso con gra- « cia y soltura, y sus saetillas y IMpos mes « religiosas eran populares en Á ducía » La Fuente, Hist, Ecles. de España). X. RECETA ESPIRITUAL. Tomará V. viva: vio- letas de humildad profunda: caridad ardiente : castidad inviolable: Este contraveneno, para raices de, fe rosas de flores cordiales de triaca magna de sacramentos. remedio Ó como todos los vicios). Ajenjos amargos de contricion el ma- ná electo de un prudente y sabio Con fesor, que haga purgar las hecos de tenidas en la conciencia: dos escrú- pulos de sal tartáreo, para extraer los malos humores del ingenio: los pol- vos de un paseo moderado: los leni tivos de una sútil de unos alimentos, que quiten recreacion honesta: lo de los cuerpos las crasitudes, porque cuanto más sustancia, más acciden tes. Todo esto mezclado con el jarabe de la discrecion, triturado en el almi rez de la conciencia y agitado con 14 espuela de la disciplina moderada, de secho con el agua de lágrimas de con ciencia, cocido con el alimento. de la pack ncia y conformidad en el hornillo de la propio conocimiento y tamiz del amor de Dios. Tomará y cuanto pueda asumido con el colado con el ' obras, buenas por ma ñana y tarde hasta la muerte :; que asi tendrá para expeler toda melancolía exaltada y humor pecante que la mo- tiva; como no declinen las simples conjeturas del amor propio á las com puestas advertencias del aviso ajeno, acertada alma y atienda V. que es la más receta para vivir bien así en el como en el cuerpo. Con esto mande, y Dios Ntro. Sr. le guarde á V. mu Pr, Diego José de Cádiz. chos años. XI EXTRACTO DE LA CORRES- PONDENCIA DEL BEATO CON DOÑA MARÍA DEL Rosario. (1) V. no se turbe por nada, procure conservar la paz de su corazon, para 1) Trascribimos algunos trozos escogidos spondencia del B. Diego con esta devota Se- ñor 8d primeros pasos en la piedad cris tiana, lo cual y el estilo usado en aquel em po le antorizaba á tutearla algunas veces, Estas cartas, como todas las del Beato, prueban ade- mas cuán grande era su bondad ide corazon y su cristiana urbanidad.