BCCPAM000543-1-10000000000000

y APÉNDICE con religioso esplendor á tu soberbia ha abatido. Por humilde y obediente, en que todo bien estriba, es de Cristo estampa viva ese varon penitente ; y tú por inobediente, por querer entronizarte, eres, sin punto faltarte, dentro y fuera del abismo, fea sombra de ti mismo, pues no hay con quien compararte. Este eres tú, y aquel es, ahorrándonos de VOCES, lo mismo que tú conoces ; va lo has oído, y lo ves: y así vete de Jerez sin replicar ni argúir, y si vuelves a venir á inquietar las almas pias, á puras Aves Marías te tengo de confundir. Nos echas con desafuero furias é infernales flechas, incendios é iras nos echas: pues échote á el Misionero ; echas mostrándote fiero amenazas infinitas, echas bravatas, nos gritas, y echas como un belcebú : y pues tanto echas tú, échote yo estas coplitas QUINTILLA. Pero aguarda chamuscado, que voy, sl á tu no te irrita o le pone conturbado, á decirle una cosita á Cristo crucificado. SONETO. ' De la nada, Dios mio, me has criado, á la nada he de verme reducido, y por este tan nada has padecido, por sacarme del cieno del pecado : ¿qué en mí vistes, mi bien crucificado, para haberme tan mucho distinguido, pues Luzbel, ángel bello, fué caído, y olvidándolo, á mí me has levantado ? é un humilde tan alta preferencia, que á mi alma ú tu goce facilitas ? ¡Oh bendito ta sér y omnipotencia, por tus misericordias infinitas! acabé: ya has oído ten paciencia, y escucha con sosiego las coplitas. lo, en la imprenta de Villalpando en Madrid TL RELACION EN VERSO DE LA MUERTE DEL B. DirGo0 (1). Llora, católice España, Llora, Religion austera De Menores Capuchinos: Llora, militante Iglesia Aquel momento fatal, En que la triste y funesta Vil guadaña de la muerte Usando de las licencias Que Dios le dió contra el hombre, En castigo de la ofensa Que el primero cometió t ontra su Deidad Suprema) Cortó con terrible golpe La preciosisima tela De una vida, que servía De dar eminentes reglas De virtud al cristianismo Conformes con las primeras Que Jesucristo enseñó Viviendo” en carne en la tierra: De una vida prodigiosa, diempre santa, siempre recta, Siempre ejemplar, siempre pura, Siempre admirable y perfecta, Siempre celósa del bien De las almas, cuya pesca Para el reino de los cielos Solicitó sin pereza, Con teson infatigable, Sacrificando en la empresa Su salud toda, su estudio, Sus caminatas molestas, Sus desvelos, sus cuidados Sus incesantes flareas, Sus fervientes oraciones Y asombrosas penitencias; Con que admiró á todo el mundo, Y mereció (para eterna Gloria de España feliz ) La incomparable diadema De Apostólico Orador Sin igual en nuestra era. Pues en efecto, se vió, Que al eco de esta trompeta sonora del Evangelio, (Que aterraba sin violencia Los pueblos. villas, ciudades, Y aun las provincias enteras, Entonando Santo Dios, Daban evidentes muestras De buscarlo arrepentidos ti Im “a en ur púsculo de 16 páginas, sin t1tu- le 1822, 1 Meun dato inexacto fácil de cort IATA EARL RR ANA ETA

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz