BCCPAM000543-1-10000000000000

CIENCIA Y ERUDICION DEL B. DIEGO 33: j h « toridades en que funda sus dictáme ns E : « nes El Sr Cueto, otra celebri canonista, al salir de una junta de teó Í E $ i logos á me el Beato asisti aba ), Ki de él en estos términos: « Mucho y bueno, antiguo y moderno le hemos oido hoy en nuestr: 1 facultad; si He « « vase la mitad del tiempo que yo lle- « vo decidiendo negocios, ¿quién re « vocaría su fallo ? 1087. — Pruebas de su instruccion en las leyes civiles, las dió muy conve nientes principalmente en Granada. Tres veces predicó á aquel sabio y res ¡ ' | ai petable tribunal, concurmendo á olrio le cá mara etc. Sus asuntos fueron peculia- abogados, relatores, escribanos rísimos al auditorio, y de tal modo los fundó y comprobó con leyes, sanciones, actos acordados, tantos y tales textos citó de cuantos libros abrazan nuestra legislacion antigua y moderna, que el j letrado mas 4 citado como el más jóven estaban absortos, y á una voz j blicaban : « que si toda su vida se « hubiese ocupado Fr. Diego en defen « sas y resoluciones legales, no pudie « ra “saber más en la materia. Uno de aquel concurso hablando con sus compañeros de esto que era el asunto de aquellos dias, añadió: Si se me | encargase formar un discurso de los Padre nos ha hecho, necesi un par de meses de estudio, y aldría un borron comparado Tambien daba á entender el haber hecho particular es- a ciencia militar, en aquella nace su tactica, en a que 14as Ordenanzas y leyes del sol- a sus libros desde el l, ya en paz va en gue mucha oOcCa- SIONes col Os más es tudiosos oficiales. Pasando por Ocaña establecido allí el colegio militar de caballería de que era Directo: á la sazon D. Francisco Mar Velarde. le suplic v con más 1n ncia u mujer la Sra. D.2 Alfonsa ía de la Peña devotísima bienhe de nuestra (Jr den y af ¡sima a Cádiz, que bi- GN una plática á los nobles indivi uu ut X | Í Aunque urg Sl guir s mi se detuvo pol m guiente les predicó, Pero sobr qué asunto ? El más peculiar á su glorio sa carrera, pues que el argumento de su discurso fué este: « Cuál debe ser « la conducta de un militar católico, « para desempeñar las obligaciones que contrae con Dios, con el Rey, yv con la Patria ) Cerca de dos un estilo pero tan propio y natural por una parte, y por otra tan fludo y copioso en leyes, capítulos, tratados y artículos los oficiales y de 1as ordenanz 1s que el Jefe estaban atónitos al oir la e xactitud con que relataba párrafos en teros, aun de aquellos libros que no están en manos de todos. 1089 En el Puerto de Sta María, A peticion del Exmo. Sr. Conde de lidad de aquella guarnición sin concurrencia de O' Reilly, predicó á la ofi otras personas. ¿ Pero ué dio alli? ¡Con qué afluencia y oportunidad usó J de las ordenanzas anuguas y moder- nas, enlazándolas con nuestras leyes en órden á la creencia y á la moral! Concluyó pidiendo mil perdones de sus ignorancias y yerros: « he me- tido, decía con modestia y gracia, « mi 00Z en mies ajena » pero Lo dos hacían del Bea o los nks dignos elogios, y el citado Sr. Conde habló de él en pública corte en estos térmi nos: « Señores, este buen religioso nos confunde, manifestando que sa- « be por aplicacion voluntaria lo que « HNOSOIPOS debemos saber por obli « gación de nuestro oficio. » (1) Pre a ' dicando en Sevilla la novena del B Brindis, advirtiendo que concurrían muchos militares á oirle, con motivo de que el Beato asistió en algunas de las batallas que el Emperador Ma tias tuvo contra los Turcos, en todas ' las tardes habló con ri ¿pecto á los deberes de su profesion, siempre apo J; En J 1 M lo ( 2 1 lí € para nte á ' la y h el a ! le lo 1 El Cond O'1 al sal j ser j A re ' 1 ' 1 en] 1 É k nt 1 4 ' d ansas , ha desengaña ' Y y 1 mar Mis Ñ € rarisiina int J l e ya ¡Oria í Z 1 Í 2100 es en 1 1 de Leon, (Gr 1 AIM A e Dg y | Ú | d ¡ Ñ ' Ñ UD AAA ARA ERA A Pi EA: De

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz