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PREDICACION DEL B. DI mandar Dios á los pueblos: por efecto de su infinita misericordia, y parda a- vuda y aviso muy particular cuando irritado por los pecados de los howm- bres deja caer el brazo de su divina justicia. Proc. p.377 ; mos presenciado que ha sido el Após Podos habe tol de nuestros dias, enviado por Je- sucristo nuestro Salvador para prue ba solemne de la indefectibilidad de su santa Iglesia Católica y para cón suelo sensible de nosotros .sus prole sores. (Grazalema, p í 1073. — Dos estudiantes teólogos llamados el uno D. Francisco de Pe- ralta, y el otro Presbítero D. Policarpo Hernandez, prorrumpleron en lágrimas muy vivas de corazon diciendo: Liste Hhtel groso es todo es; riu an ( lOrque sus exprestone DAS pen pory y ) Ss p trantes son másque de homoure. y Ob 1 servó el testigo que dichos dos suge Los des le aque imstante siguieron una vida ejemplar hasta su muerte. Proc. Pp 149. — Otro le llama modelo de per feecion, milagro de santidad. Otro, el Urisóstomo del sigilo diez y Ocno, el insiene Varon de Dios y ejemplari simo Capuchino. (Prieto, p. 7) ==. Se- gun el concepto del testigo podía lla marse con exactitud no solamente el Apóstol del SIGLO X VILIÍ, sino que tambien por su caridad y obediencia otro S Felipe Nert. (Proc. p. 230). 1074. — El Arcedianóo de la ciudad de Toledo D. Matias de Robles, perso- nage de fama por su saber, cuantas Vecos hablaba del P. CÁ liz hacía gran des elogios de este siervo de Dios, llegando á decir que tendría 4 gran houra estar de rodillas delante de él, (Proc. p. 378). 1075. — Otro testigo le oyó pre licar unas tres veces en la Iglesia mayor de Grazalema, teniendo -- unos diez y sais años y siendo ya tonsurado, y Ob servó que era tal el concurso que no solamente se llenaba la Iglesia sino que tambien la plaza en d jude estaba ituada, y una vez que lo oyó no pudo entrar en la Iglesia y se quedó en la plaza, observando con admiración que oía tan distintamente como si hubiera estado dentro. (Proc. p. 1541). 176. En Ubrique había una per- sona que hacía mucdos anudos que no se había confesado, y sólo la presen- cia del P. le hizo prorrumpir en lá- GO: JUICIOS Y ELOGIOS 329 grimas. Y preguntánd alguno por que lloraba, respoudió .que temia su condenación, oído lo cual le propor- cionaron medio de hacer conlesion ge neral. (Proc. p. 306) Predicando el dicho Pp. U diz la Iglesia del Convento de S llde fonso de esta capital (Zaragoza), hizo el testigo entrar a un joven alguna tanto libertino y de duro corazon, por mas que este oponía alguna repugnancia, y despues salió llorando, y le consta que hizo ejercicios espiri males y con lesion general porque él mismo se lo dijó. (Pro: ,» Pp 214). 1078. — El deponente observó una cosa singular en sus Sermones, que jamas nombraba al dl mono 0 Interno, como tampoco tratando de 10S pecu- dos de lujuria y deshonesti lad se le oía palabra lea que pudiese ofender los oídos del má caslo y delicado, manejando sus santos sermones con una tal decencia y claridad que en todas part tollos le entendían, y juzga el deponente pul no queria man char su lengua con nombrar á nuestro enemigo comun con el nombre propio ¡ ni con el nombre de. su horrible mo radá, dejando toda expresion que pu diese juzgarse mal sonante por las circunstancias. (Proc. p. 239 Cuan tos atribulados y afligidos iban 4 con iltarle sobre sus opresiones, se mal chában llenos de alegría y de con- suelo. (Proc. p. 241). 1079. — Predicando en la Catedral de Sevilla sobre el delicado, terrible, pri fundo arcano de la predestinación, á presencia de lo más sabio y respe table de aquella ciudad, dijo tales Cco- sas en especial sobre las palabras que parecen comunes para el asunto: « Dios « quiere que todos 10 hombres se « salven enlazándolas 6 combinán- « amó á Jacob, dolas con las oOL1 « á Esaú tuvo odio », que llenó más de pasmo y admiraci m, que de terror, al concurso. Estaba en él el gran teólo Di "y Pascual Diaz, y re tirándose á su monasterio de 5. Ba- silio advirtu el compauero que ba todo abstraido y p ISALIivo, pi ro supo á poco el pensamiento que ocupaba aquel fino y .extenso enten limiento cuando vió que, € meurriendo á su celda los sabios maestros de aquella casa, y tratándose del sermon, leg > IATA ió ÉRAG A
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