BCCPAM000543-1-10000000000000
PREDICACION D Í del P. Migu de Otura ah 2 difunt v otro compañero, iban estos delante sin j que nadie se fijjase en ellos; mas a penas los habitantes vieron al P. 1 Diego, dejaron lo miraban una y mil veces, se arro- 10s Sus OCupaci nes y dillaban y se daban golpes de peeno, de tal modo que un inmenso g mvento el mismo P. Utura le acompatió lo refirió al 1 Guardian de este Convento de siend Sevilla (Prod p- 374 1052. — Correspondían tan exacta mente las obras con sus palabras, que justamente podía presentarse como mo . l delo de todos. Cualquiera que lo bus- caba para su consuelo y milidad, e encontraba pronto y dulce: sabio en los consejos, las consecuencias hacían ver la sabiduría celestial que lo animaba; y tan justo y caritativo, que fué el con suelo de nuestra España y el alivio de los Príncipes de la Iglesia y de los Cabildos (Proc. p. 238 1053, — Para todos fué virtud (1), ángel de paz. y de bien, consuelo y salvacion ; Providencia para nuestr Españúa, so laz + del los Príncipes de la Iglesia, ¡uienes le con ultaban en sus nego más arduos, así como hicieron tam bien Príncipe seculares y Cabildos, confirmando el buen resultado de sus Consejos y soluciones ¡ cuanta Í i 1 sabiduría celestial y cuan grand Í rudencia ! (Proc. p. 238 1054.— Fué tal la vida le « 2 110 1; Er su j ' var li as Ñ le y z xt 0 n lustro s lom ca ( ) | ' 5 Í 5 108; pe my 1? 8 s s a S sus famil 5 AS ( rs 3 185, S la sus a ista pa lester juier E 1 1 k lidad biese trod y 8 ex stos 1 rpos 1! 3 t $ lacii 1 K 1 r sea la se A Ñ É nd is 1 157 co ta una Di mM Ss 13 4 1 yu siones 5 sen 1 i sus de i als 8 Va « mos h ntamente con a 1 1 a y Ñ 1 unos fos e Ss 114 Ñ 18 e enes e ya estará allí el P. Cá 1 «con e | está en casa! Dn ) 502 JUICIOS Y ELOGIOS Ue) bre de Dios, adornado de rara virtud, en ' permaneció en esta Uludad de Orense), que más bien parecia un Serafin bajado del cielo para morar 6n 1 tierra q un hombre mortal, por lo tal se le llamaba 4 veces el Die wado er ) 1. Ll k 10. ur denal répetiía frecuentemente con vene rac m, que el Siervo de Jos era en sanudad y en sabiduría, cCuvas ex- presiones oyó el deponente muchas veces, teniéndose por felices los habi tantes de esta Ciudad con la dulce presencia de este Apóstol Español al cual miraban como a su Angel tutelar. (P) RRA E i 10 - Ver Namen ben 10 su DOIS bastaba pal 1 rastrt por lO que se ul slucia de fuera, el mestima tesoro qu ocultaba por dentro Porque verl un hombre, que aunque mol ba todavía sobre la tierra, no, conversaba sino del Cielo y en el sin p mdaecracion, Ver í Moises en la benignidad, en la sin cermdad á David n Ja integridad « Samuel, en la custidad « Jose en la rudencia á4 Salomon, en la penetra- cion á Daniel, en el celo á Etas, en la austeridad al Bautista, en la caridad á San Pablo, y en la pobreza y des- mndimiento del mundo á su Seráfico e Francisco, Mas ceñido todavía mi intento; verle, era ver una 0s- tampa viva Óó retrato animado y per- lecto de nuestro umabilísimo salva ado y po consiguient mirar el ros tro mismi la misma figura, el mus mo aspecto, la misma fisonomía, la moderación no rr pri cn u IO Í zando Vuestra Imaginación, y decidi idquella ere aque la ap ribilidad de u ¡uella boca de modesta y j Í era tivo agraciada sonrisa juello labios de tilando leche y miel de sabiduria y agrado, en qui nada si mpre su 10U=- ua; aquella afabilidad y suavidad, tan atractiva y encantadora de su trato; aquel aire, aquel ademan aquel gesto, aquel, no sé cómo llamarle, $1 tenor, si uniformidad, si decoro, que resplandece pol toda $u persona . qué indica, sino un ánimo. sobrio y é templado y dueño de sí raya, encadena mismo, que trae sus pasiones a sus apetitos,. al mundo debajo de sus A IN Min 108 Si nes — A A A a a
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz