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PRIMICIAS DE*SU « fieros, á sostener “entre los « los derechós de.nuesti nuestros a fe, ya « me es permitido publica la y dla « tarla entre los 'extraños. » Con este fin corrió en tantas ocasiones las Pro vincias de la Península, y con e' mis mo objet k pre ria ha 'er sus Misi ) nes en las Ciudades principales, « por « que en ellas aecia, se hace mas rte « el enemig: 111 Se engruesa «< « mi ya sus parciates 1 Y suien « SUS viles emisarios allí está el de « pósito de sus armas, y allíes donde « una voz terior, áÁ ¡ul me sería « muy duro 1 ( ni a « « ne Cesses, Oportuna é 1 nportuna- « mente. » 18. — Conocida por los Superiores la particular melinacion que mani estaba nuestro Diego al ejercicio de la Apostó lica predicación (1), carlo en un convento, en donde pudiese d terminaron « olo continuar en su aplicacion al estudio y á la oracion, indispensables para for marse y consultándolo entre sí,,lo des- tinaron al de la villa de l brique. 19, — Esta asignación la miró el B. Diego como una particular disposicion del Cielo y tuvo en ello singular satis faccion. Se medio fuera, digámoslo así, de Ur Chaldaeorum: de vela por este una ciudad, aunque religiosa y devota por su opulencia y circunstancias, bu lliciosa, in ¡ueta, confusa, abundantísi ma en objetos de disipación y escán- dal para los mortificados espíritus : y aun más abstraidos y llevado á un lugar solitario, tranquilo, á un conyen oO retirado, y sumamente proporciona de quietud y podría oir la voz de Dios, seguir el cumplimiento de su plan de vida, y dex enteramente al do á sus deseos sole dad, donde mejor ] licarse estudio á que cada dia se sentía más vi vamente impulsado; y tomada la bendi- cion de su Prelado «sine bieulo, neque per: », con el breviario, y el Crucifijo emprendió su camino, librado todo en la providencia de nuestro amable Dios 50. Lleno de espin ¡tual alegría, llegó á aquel Convento, singularizado cierta- 1) El ofic le P z l Beato « en el Convent le Cád mo de 1768, « ce dido por Nuestro Riño P. General Fr. A > de Lambala... ) sin ru r p 1 espacio de 33 MARAVILLOSO CELO 21 mente entre otros de la Provincia, y SAI ido, digámoslo as ¡or las vi las kl OS eje nmplartiSinios R 11 F10SOS ) Pp. 1 Buenaventura Misionero aquellas sierras, que murió por mcansable de los años Ulvera, donde eS su 4 ng 11 veneración, «e cuyo puel siempre se h excusa do ir á predicar, y de su motivo fué en aquella Ocasior 1bnéndose notado ¡jue contra su costumbre no sólo se despidió li los Ra UISIOS sino de Al gunos devotos y parientes pu dlti nía 1 es Convento, escuela d muchos vent 1b1 POS legó el B. Diego y á po en él, bus Buenuven tura, como quien quería en ella tomar lec 10nes para arreglar la Pero sUvua si Diose gió á aquel pra d care pau- peribus » al B, Die lo había desti nado para jue lo hiciese « coram gen tibus et Re-gíbus et fi ts Íl ra » á los sabios y eruditos de la nacion. Desde luego se ocurrieron á su imaginacion estas palabras di Jesucristo « Von vení minitstrart sed MIENISITPare »,y brar contorme á para O elas mente aquel otro documento « y cumplir fiel- el que qui mavor entre vosotro siere ser hagase menor Ó siervo de los demas )/; aunque por su carácter de Sacerdote de la fa milia, estaba exceptuado de los ejer Í cicios mecánicos y laboriosos del Con- vento, propios á los Coristas y Legos, de todos se quiso encargar, porque en a actualidad no Pidió licencia había allí Coristas. Prelado lo cumpla exactisima- para ello al y con 1odo mente, pero con tal prontitud que no sabían los Religiosos cuando, ni cómo des- yecutaba; y E alguno queria cargarlo de alguna oficina, cuando acu día va la encontraba arreglada, como con gran candor decía, a Jos que en parte querían separarle de Déjadme, PP., soy el último de la ( omunidad, inútil pu estas cosas mecánicas 'a2 trabajar en su alivio ! siquiera en esto la ayudaré, y no comeré tan de balde el pan 51. — Y ( ndo á su Director, a ñade ademas que los enfermos eran es- pecial objeto de su cuidado, y da tam- bien Otras noticias que conviene tras cribir aquí, porque nos daran á cono- cer mejor que cuanto nosotros podría-