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FAVORES CELESTIALES Y MILAGROS 309 éso nu señaló el nombre que se le De nuevo concibe ( « había de poner. la señora, y Sus ruegos al compadre eran tanto mas repetidos y afectuosos, cuanto el anterior suceso pedía; nues tro Beato alentándola á an confianza en Dios, le ase- contesta tener ) eura saldrá felizmente, y que á lo que ha de nacer le ponga Juan María de la Encarnacion. En 14 de Octubre del año de 1800, dió á luz un niño á quien dieron los mismos nombres. La epl- demia Ó llámese peste que tanto atli gió á aquellas y Otras ciudades de An- dalucía, hacía sus furiosos estragos en Sevilla; temían todos sus vecinos, y dicho Sr. Benjumea acudió á su com- padre para que clamase al cielo lo preservase con su familia: el B. Diego le responde que permanezcan quietos en su Casa, que el Senor los suacaria bien: en efecto de doce personas que había en ella, si todas fueron acome tidas con bastante fuerza del contagio, ninguna murio. 913. Asistiendo yo, dice el P, Sevilla, á un enfermo (natural de An tequera) de muy agudas complicadas enfermedades, que me hicieron pronos ticar á su familia su cercano fin, soli citaron que el P. Fr. Diego de Cádiz que predicaba su última Mision allí fuese 4 visitarlo. Fué en efecto, habló y consoló al paciente; hallábase en cama un hermano del tal, sin otro motivo que un leve epnstipado ; paso el Padre ú verle, y sé detuvo largo rato con él. hablando altas cosas de María Santísima y de la gloria : díjole un Evangelio, y despidi ¡Se, Intraba vo al tiempo de su salida, y en voz bien baja me dijo: « El enfermo que aparece de tanto peligro, segui mi sentir sana; mas con el otro no se descuide V.P. porque veo muy pronta su muerte », y fuése. El gran concepto en que tenía al Padre me hizo entrar en U3Spel 14 de lo que sucedió y yO no podía esperar por ningun principio médico Despues de la media noche, 1 ' al tiempo que la enferme lad del uno empezaba a hacer cris! por un Ss dor capiosisimo ; al otro acometió un in- sulto apoplético que si á fuerza de los recursos del arte lo dejó libre algunas horas, que aprovechó para disponer su alma con mucha edificacion de la familia, al cumplirse las 24 le repitió, y v acabó su transitoma vida asisuendo- le dicho P. Fr. Diego, á quien el otro dentro de pocos dias visitó en su con- vento. confesando deber á-sus oracio nes su sal d. 974. — Caminando de Estepa á An tequera en tiempos muy lloviosos con el hermano Fr. Cárlos de Malta, reli- cioso lego de mucho juicio y veraci dad, llegaron al rio que distará una milla de la ciudad, y le hallaron tan ente, erecido y tan rápido en su corri que era imposible vad o sin peligro evidente de zozobrar. A el companero, porque era tarde, ume 1 Higtiose muecndo nazaban nuevas ll 1vias, y el puente es taba bien distante; pero el B, Diego con cran tranquilidad le animaba diciendo: « Dios nos socorrera en esto apuro. » A poco de estar implorando su Divino auxilio: ven venir á dos hombres ú caballo, que llegando á ellos les di- cen: « vaya, PP. suban Ustedesiá las ancas. yv. vamos con buen ánimo al otro lado. licidad, y tomando aquellos (no sé sl les llame Angeles) la orilla del rio que es bien difícil, aun cuando no va muy 4 rmdaloso, desaparecieron á poco Subieron, pasaron con fe rato. Los Religiosos dando gracias al Señor que así los había socorrido He aron al convento, donde Fr, Cárlos lo contó con reserva y admiracion á 975. — En el año de 1794 predicaba en la ciudad de Córdoba el Siervo de Dio . En este > distante de allí vemte y tres mismo tiempo en otro leguas murió un Religioso, confesor que era de dicha señora; para sus ausencia y enfermedade remitía el defunto confesor á su conlesada “ OLPO Religioso del mismo convento, el que ciertamente no tenía para ella la me- J yy recomendac! Mi, Muerto pues 11 principal Director, determinó buscarse otro y esto por Ia «¿io de la suerte y por cédula pontendo en 1* br 5 lo le la mejor públi. OpInIOn v conocida literatura v por cuarto al mencion 1d ¿nstituto., Con electo pasó la extracción t presencia de otra jersona su confidente metiendo la mano hasta tres veces sacó siempre la cédula del último como si estuviera sola. mas con todo eso aun no acabó suplicó al confidente que por sí metiera la mano primera de resolverse : > EIA rt RA IET Sa 3 Edo e

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