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ES y : AAA A a Mes Dl 5 CAPÍTULO LXX Con todo, Juez soberano, siendo yo reo, confieso Que sustanci ido el Condenarme est en tu mano Pambien es cierto y muv llano, (Jue, sí dal entencia tal Lo he de pa ar yo muy mal; Y así ántes de la sentencia, Señor, si me dais licencia Apelo á atro tribunal, A Ti con menos temores, A Ti apelo, Mujer tierna Mi condenación et ni Impide por tus d lor De los grandes pecadores ser Madre no te desdela Pues $l por esto te empenas SO y m duda yO acree lor Porque de gran pecador Te he dado ba tante seras, Hija sois, Madre y Esposa De la Majestad eterna, Reina compasiva y tierna, Sols mujer y sois piadosa: Tomad como poderosa Y aborad ná causa Vos, Sea causa de los dos, Y haz que se conozca en suma Que en tu mano está la pluma Con que echa su firma Dios. Es tanto lo que os venera Y. 30 que OS stima Dio Que cosa que quercls Vo Imposible es quí Hino quiera ; si Vos SOIS 51 yO logro este sagrado, Perderé todo cuidado; Pues humilde decir puedo (ne nt aun de Dios tengo miedo nt medianera Como estéis Vos á mi lado. lin fin, á vuestro sagrado María y Jesus me acojo, Medroso con el SONFPojo, De lo mucho que he peca lo; Pero quedo muy confiado Kn la piedad de los dos, Vos, Jesus, María, Vos, Salvaréis el alma mia, Mi Jesus, Vos por María, Y Vos, Señora, por Dios A Dios, mi Jesus, 4 Dios, Hijo vuestro soy y esclavo; Y aunque de hablaros acabo No me despido de Vos: Abracémosnos lo dos, Nuestra amistad confirmemos, Unamos estos extremos, De modo que nuestros abrazos Sean dos nud yv lazós Qi nune Hal ae emos CAPITULO LXX. mor al prójimo. 835. — De la caridad verdadera nace el verdadero amor al projimo * sin este amor la caridad es falsa, y toda la vida y 7 nar á Dios de corazon sin amar a nuestros hermanos.” La caridad Í de perfeccion un engaño; es imposible terna es tanto más y mae V Oper tiva, cuanto más intenso es el amor de Dios en: el corazon del hombre. La caridad atiende no sólo á las necesi ad dades corporales del praojuno, sino tam bie y ante todo á las espiritt alma. En ámbos concepto fué herói ca la del B. Diego. Las almas, el bien, ¡ salvacion de las almas eran par il tu el santo Misionero como divino atrae uvo; para las almas nada le parecia difícil; todo trabajo le era suave, toda fatrea dulce «q agradable. Las cartas que hemos copiado de este Bienhechor INsigne y Apóstol admirable 350n como un involuntario . cántico de las era dezas de la caridad que inflamaba su corazon. ¿Quién puede leer sia pro funda emocion las expresiones y santas exageraciones del entusiasmo de la | caridad del B. Diego ? Afirma que caridad ó amor á los prójimos con mueve. toda su alma; que res enado carecería de la vista de Dios hasta el dia del juicio universal, con tal que todos sus prójimos fuesen saivbs ; que alegre viviría er enfermedad y traba- jos hasta el fin de los sislos, sin tra recompensa que el bien de las al mas; que le fatiga que el mundo sea mos tan pequeño y no tenga más prójl para amar y por quienes dar la vida Aquell ¡Ss santos arrebatos en que dice quisiera tener licencia para ir a limbo y-al infierno á hacer Mision, ¿qué son en su misma forma hiper bólica sino una prueba del incendio de caridad fraterna que ardía en su pecho ? 839. — Son, pues, estas expresiones en los Siervos de Dios, unos” verda deros efectos de su erande y encendi do amor, y de este fué movido tam bien nuestro Beato, cuando predicando en Granada, dijo lo que en su tiempo

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