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A e EE A 1 noviciado, y como tampoco en todos encuentren los Coristas Maestros que como en aquellos, entiendan sólo en su custodia y direccion, es una ver. dad que allí nuestro Diego insensible- su fervor, mente fué dee yendo algo « 1 bastante, y ceñido 4 cumplir sus obli que en el estudio de las y tudes aflojó gaciónes de e TO y demas en que le ocupaban, en lo demas llezó á-e desidia 6 casi indiferencia 0. — Pero los que fácilmente da- ran asenso á este menoscabo v de- caimiento que sintió en su fervor esppi- ritual Fr. Di O, deberan darlo tam bien á lo que por tralicion de los Religiosos que con él vivieron en am- bos Conventos nos e Msta, y es, « que « jamas fué reprendido por sus supe- a riores en (051 not ble, que era « prontísimo en obedecer. que notaban « en él una particular modestia los dias « que comulgaba, y que manifestaba « una singular devoción á la Santísima « Virgen. » Lo cual se confirma por el Beato en una carta á su Director en la ' que pondera su negligencia y lora lo que tiene por no p2queña ingratitud. 31. — En el año de 1762, fué nues tro Diego destinado por la obedien- cia á los estudios de Filosofía para seguidaments pasar á los de Teolo- gía. Pocóle por Lector en una y 0- tra facultad, al P. Fr. Francisco José de Cádiz, Relizioso muy recomenda ble por su conducta: por sus talentos, vasta erudición. y otras cualidades que le hacían estimable en el público y en la Religion donde fué Custodio Gene- ral para el Capítulo general en Roma, (en que fué electo en Jefe de la Orden el Exmo. y Rmo. P: Fr. Angel de Saxuolo, que despues fué Arzobispo de Camerino), y más tarde nombrado Pro vincial de Andalucia 32. — Desde luego comprendió aquel sagaz y sabio Maestro, que las dispo- Siciónes naturales de su paisano Ir. Diego eran Superioresá las de muchos de sus condiscípulos; pero si este co- nocimiento, sobre otros particulares respectos, le empeñaban en particula- MZarse en su enseñanza, Vela con al guna desazon que la aficion de Er. Diezo no correspondía á su esmero, siendo esto causa de que le repren- diese no pocas veces y mortificase al- gunas, no por ocioso 6 desaplicado, 2 CAPÍTULO 111. sino porque la inclinacion que sentia á la poesía castellana le llamaba tan- tO, Cuanto le fastidia! an las arideces de la Filosofía, y contento c n dar sus lecciones obligatorias, defender y ar- guir cuando le tocaba, aunque sin gran interes, todo lo aplicaba á aquella ocupación casi excesiva, por más que en ella aprovechase Cono desde lhie- go y mucho mejor despues se conoció en los varios poemas que sobre ar gumentos espirituales y serios com- puso, de que muchos andan IMPpresos. Pero es de a tvertir que aunque el tiem- po que estuvo de Estudiante en Ecija gastó no pocas horas en este trabajo, nunca tuvieron sus versos Objetos me - nos decentes 6 profanos, ni usó en ellos expresiones ú conceptos capaces de in- troducir veneno de ninguna especie envuelto en la dulzura de la Lira, Cco- mo se advierte y debe llorarse en tantos, como en estos siglos han inun- dado la LKuropa. Er puro y religioso en sus versos, pero no para alabado en haberse dedicado tanto á ello. Ademas por los procesos se sabe que todas estas pocsias eran siempre « Sagra- das », « en alabanza de Diosy de los santos », « en honor y gloria de Dios y de su SS. Madre ». No nos Ccons- ta que por esta misma aficion al arte poético hubiese sido castigado por. los Angeles como el P. San Ge- rónimo por la suya á los Orado- res y Autorós académicos, pero sí nos consta lo que él se castigó á sí mismo por este pasatiempo luego que la gracia de Dios le movió á vida más perfecta y á estudios más se- r10s. Nos consta que Horó amarga- mente, que hizo expiacion de ello con severisimas penitencias, y que trabajó cuanto pudo por recoger y quemar Cuantas composiciones había hecho y repartido. No pudo conseguirlo con todas: pero. daba gusto, decía uno de sus condiscípulos, ver el gozo y efi- :la. con que las entregaba al fuego ; testan aun bastantes en manos de quienes no es fácil ya sacar. 33. — Las contínuas exhortaciones de su Lector, y la familiaridad santa que con las debidas liconcias entabló con el venerable Lego Fr. Matias de Ba- za (1), Religioso de mucha oración y (1) En el Convento de Ecija se encontró con el FAB N EGREAN ES ARRE I S RIERA PEGA

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