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VARIOS SERMONES. 691. — « Ayúdeme V.á dar gracias al Señor, porque atendiendo á las ora ciones de ciertas almas justas enca sadas de este asunto, les ha conce dido lo que dejo referido, y más que vo no st. In todo el pueblo se ad virtió tambien mucho fruto, y algunas conversiones particulares que sólo he sabido con esta generalidad. El modo de la predicación ha sido dulce, s fuerte y eficaz en el de la 1ve y caritativo, pero peso de la autoridad y razon. les: « Lo que sí acordarémos aquí es, el dinario fruto que sac le los Protestantes 12n=- do á solicitud de ellos, les predicó por cinco tar es. en la Iglesiade nuest Convento de Cádiz todos quedaron admirados, no sólo de la discre- cion y urbanidad con 1e los trató, sino tambien e ver salir de su boca un rio de elocuencia, que convencidos con ella decían unos: nunea así ha dbló hombre, como este hombre : otros exclama 1 n nNadtié pu de hacer esto st Dios no estu econ él. El efecto fué reconciliarse varios con la Santa lglesia, y entre ellos uno de mucha suposicion 4 igual erudicion y quedar tan pagados de los discursos que el Padre Cádiz les había hecho que por medio de un Cónsul le suplicaron los es eribiese, se los entregase los imprimirian wa nandarlos á sus respectivos paises, donde espe raban obraría Dios por ellos grandes conversio nes. — No fui queña la que de resultas del ser mon de juicio que hizo en la Catedral de Sevilla, se vió en un Caballero Ingles, Este sugeto, 6 bien por gusto, ó por razon de su comercio, había cor rido Cortes y viajado por toda la Europa, visi- tando tratando á los hombres más sobresalien tes que h 2 en ella, entre quienes se numeran los famosos po is impios escritos, Rousseau y Voltaire, en cuyas ctrinas 2ba bien imbuido Í er roticias qu en las Andalucias había O lo 'osisin le entró el des de ol ) tratarlo : tuvo esta oportunidad en Sevilla cuando predicó el sermon sobr ho, siendo el prunero que le ola ; pero tedando tin mu lo de s octrina, como adimirad d sus raros lentes. que allí mismo comienza á detestar sus error se resuelve hablar con el Misione- ' San Agustin mel P Ss Ambros , * e la cual t encia se sí el ' ars grande edificacion de todos, al le nuestra Santa Madre Iglesia Católica, Apost A Rom A. Viviend n el ejemplo le los misn Católicos, La convers Otros v ' n Má 1 por el sermon qu ¡ ] Dogma D esultas de ot pr 1 11 Ulanst cierta Universidad 3 Doctores É ella ron de dictámen en las opiniones nada idosas uE 3 ban á dus dis 8, Y cor otro ser m se reconcil tr Universid con lebrando de nuevo en su Iglesia, como ánte ta del Angélico Docte s se había hecho, la fies- r Santo lomas, » MISION DE CÁDIZ 219 Mi seido de eno de amargura y interior oscuridad y de de los se po án las algun congojas tes y d que durante los calmaban tanto. He quedado tan persuadido de que no he spues mones, el firmemente lenado mi deber, que en to las las confesiones he He de voluntad y los designios de Dios en esta santa Mision, uniendo la mia con la suya y excitándome ántes á algun acto de ca ridad con aquellas almas ete y pe dirle que fuese suya toda la gloria, y procurado acusarme de esto. seado intensamente Henar la que no me permitiese se la Usurpaso con la más leve complacencia etc D. a. ú La ha tanta, que he faltado mucho ó los más sido ocupación de los dias á la oracion por la noche: pero ha sido muy en el haya tenido las tres disciplinas tres cilicios siendo el uno á un corpiño que vestía la caja del cuerpo desde la cintura hasta debajo de los Puro que no v los mientras que predicaba, modo de brazos ; y en los dias que predicaba por mañana y por la tarde, no me le quitaba has ta la noche. — Aquí (á Jerez) he ve nido á predicar una Novena de la Di vina Pastora en una de las Parro quias de la ciudad... » 696. Despues de haber predicado en Jerez la Novena de la Divina Pas- tora, y el domingo inmediato un ser mon de Mision en la plasza para sa tisfacer en parte el buen deseo de Ciudad, el infatigable Misio Ronda. De cuya Ciu dud respondiendo los instancias de su Director que lo que í de Granada, en cuya Ciudad él residía, escribe (1): « A mi Padre Provincial le propuse tenía órden repetida pedir esa conventualidad, y Padre en térmi dejaba hablar, que el motivo era el haber aquella nero regresó á nuevamente «a ra en el convento de mi Director para negándose á nos que casi no me le expuse Dios á hecho juicio que me llamaba la contemplacion etc.; á que de nuevo me respondió lo mismo añadiendo o tras expresiones de V, vine ahora de ( de mudanza A otro Convento ú des:ino, exponiéndole que 4 la compren 10n no pueden ocultarse... Cuando me diz, volví á pro ponerle el asunto mi (y 2 le Ronda, 15 Junio 1798, ) Larta

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