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DEVOCION DEL 1 DH cubre y manifiesta segun el órden y tiempo en que su Sapientisimo Aut los ha determinado desde el principio que en e la los enc y ! nos trevemos á declarar este suces sobrenatural en el órdea de la provi- dencia; ni á decir que eisamente para confirmar, acreditar ó autorizar la predicacion de Fr. Di ni en el todo de ello, ni en la 10 lo hacía sobre el Misterio de ha blamos: pero tampoco convel mo con los que q ver n defender, cue esto fuese un mero efecto de la combina cion de las nubes, aires et y por ta que deba contarse en el nún » y línea de aque las metéoro que tan frecuen temente se observan en los Cielos Lo cierto es que aquellas gentes lo tuvi ron por milagroso, que no hay noticia de haberse visto en España tal fenó meno desde el tiempo del. nacimiento de Jesueristo, como se Jee en Autores antiguo y de que habla el Doctor Angélico qui se tiraron láminas re pr sentándolo, y que el erúdito P. ] Pp Bruno de Zaragoza ex-Provincial de nuestro Orden eseribió una Disertacion finístina y curiosa, que se imprimió en aquel ano, y debe leerse no tanto para adquirir algunos conocimientos astro MOMmuico en esta materia, cuanto para tomar nuevo motivo de alabar y ben- decir á la Beatísima Prinidad Crea trir el ubernatriz omnium ». 1356. — A este mismo fin resucitó el P. Cádiz una devocion bastante an Ugua, pero casi sepultada en el olvido que parece tuvo principio en los dias de nuestro fervorosisimo Misioner V. P. Fr. Feliciano de Sovilla, devoti simo del Misterio; ejercicio que se personas, y unidas en espíritu é inten Y (aunque no ]j redan est rlo en un ismo lugar) y señalada tres horas del dia 6 d a noch pues de ro dl en lus nvenien $1 lo y ' | Ur li Í | Ñ 1 n y e—ces 1 vé G1o A j terminado por el Ave M e of Ñ ' 141 5 di 1 3 cn y alabanza de ) da sima T nid Los que practiquen « ! ción ganaran cada d ñ ' de Indulgencias ) E te S Y siete irentu 13 ( f | y el día qu la mi mi 50 Á LA SS, TRINIDAD 147 y comulgados, una Indulgencia plena ria; todo segun y como entiende y ex plica Nuestra S. Madre Jglesia, y cons- en el Breve del Santísimo P. Pio VI, dado en Roma áú 15 de Mayo de 1754, y pasado por nuestra Comisaria Ge neral de Cruzada el 1 de Junio de 1793, todo á solicitud de N. V, P. lr. Diego 137 Desde el principio de sus Misiones, como para dar al público con alguna señal exterior que era par ticularmente delegado de Dios como e explicó S. Pablo (1) á anunciar su divina palabra, creyó muy oportuno, (st ya no le fué ordenado de lo alto) condecorarse con el escudo del sa rado Orden Trinitario, cuyo escupu- la: IO OIsocrvo sit mupro cual yu so dijo; para esto lo tomó públicamente en una Iylesia de dicho Orden, y casi siempre que subía ul púlpito lo leva ha obre su pecho de un tamaño ba tante capaz de ser distinguido del au ditorio. Censurábale esta práctica en cierto pueblo un Kelesiáístico de res peto en el. que no Luvo Peparo en de cirle al Padre « ser una exterioridad chocante », pero su respuesta con gran de humillación fué esta: « Si los Km- « bajadores son distinguidos con las cruce y encomiendas de sus Priín « clipes, y en ello se glorian, se hon rán, y autorizan más, ¿no tendré yo « por grande honor, que vean mi pecho adornado con el más noble sello y « distintivo del Rey y Señor de todos « los Reyes « sobre mi santo hábito, lo llevara ¡Ojalá que como lo llevo eulpido en mi corazon! » Kn efec to lo estaba tan de firme en él, y en sus labios, como debe inferirse de lo mucho bueno y sublime que hablaba del Misterio de que aun dormido se le oía rezar el Trisagio, y que poco intes de morir lo repitió distinta y > e j ; DN, Puede añadirse en confí macion de su cordial devocion á la Beatísima Trinidad, la aficion 6 conato lijámoslo así, que tenía á administrar el Santo Bautismo Los padres por e an concepto que tenían de la san $1n embargo que norasen la Doctrina del Señor S. Agustin, pues que saben que no es A
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