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!l 1 124 CAPÍTULO XXXMI Así se lo expuse en el sermon mora- lizándole no sé cómo los tres votos y entendiendo ell la be ten: a que debe tene: 1 Ja í luntad de D s en la persecucione y despreci que su frirá de la criaturas ete, en la po- breza, lo que hallará en carecer de toda consolación en los divina lesam paros etc., y en la castidad la limpieza de su alma entre las tentacione y malos tratamientos del comun enemi eo ete, bien cue endulzado todo esto, la dicha obediencia con el don de ora cion y victoria li us enemigo invi ibles, la pobreza con la gracia di contemplaci nete. yv la castidad con la union con Dios aun en esta vida y se- £ ridad de u salvación elec. Este ser mon. predicado sin prevencion fué (du ró dos ho1 cumplidas) todo una pro hija prolecia de cuanto ha di sucederle, propuesto. en conjunto etc. Yo me hallaba movido vivamente para elloy ella lo estuvo para oirlo. No sé decir otra cosa. Me persuado habrá escrito él V, o que lo hará pront ), pues se lo dejé encargado 370, —« En Ronda me detuve á espe rar el compañero, lavar el hábito etc. lugar en Málaga : y con este motivo hice allí el dia de re para que no hubo tiro mensual que V. me dispone en la suya, y de 6l alí tan ruin ecomo me estaba, bien que siempre insistiendo en pedir á Dios mi remedio, y en él con especiali lad la Alivin: asistencia para esta santa Mision. Para ella me hallo no sé cómo porquo es una espe- cie de insensibilidad rara, unida con grande ardor y vehemencia de espíritu en el hablar, especialmente en los exhortos por las calles, en la publica cion que hicimos ayer, la que fué tanta que me parece no ha tenido igual en mí; me hallo sin devocion y no me falta (esto es. aunque eomprendo no earezeco de etta);, no tengo interior mo vimiento, aun notando no carezco de ello: y así es una cosa sin sustancia que no sé explicarla, Dios dé á V. luz pata entender á este topo tan sin vista v sin atadero. Este Excmo Prelado (el Arzobispo de > a) que lo es en todo me tiene á su lado en palacio, pues no ha querido en manera alguna asis ta en otra parte; aun despues de haber pensado que asistiese en el Con vento de los RR. Padres Mercenarios descalzos, Pienso no detenerme aqui mucho, por hallarme atrasado de i tiempo con mai tardanza; pero en estos pocos dias tiene lispuesto los ejercicios al clero por las mañanas, empezando el 4 de este. Lo demas de mi interior anda como yo todo disipado, sin subs- tancia y sin fervor alguno, mas no me faltan los descos ni dejo de pedir á Dios mi conversion primero que la de mis prójimos porque veo la necesito más que ellos. » 371. — Luego habla de su Mision de Sanlúcar y dice (1): « Esta Mision en el modo es ardiente y eficaz, pero no rigurosa porque no se sabe haya cosa notable en el pueblo y porque interior- mente me hallo movido á ello, bien que tampoco es de suavidad, sino en un medio; el fruto lo ignoro, porque veo poco de ello: Dios me conceda el ¡ue es el que más me insta y apetlezco. El Excmo. Señor Arzobispo autoriza con su presencia todas las funciones y edifica con su buen ejem plo á todos. Mi interior se halla para predicacion como dejo imsinuado, experimento la misericordiosa asis: tencia del Señor para ella, aunque ml corazon siempre ruin en todo teme y la, mas procuro clamar re signacion y avivar la fe alentando la esperanza del modo que puedo. Fuera de la predicacion, estoy en mi habitual disipacion, bien que ahora libre de ten- taciones, á Dios gracias, y sólo en la comun insensibilidad procuro tener los dos ratos de oración, aun ¡ue no sean de hora completa y aun tal vez falto á alguno por las cosas que ocur ren y me parece no puedo reme diarlas. 372. —« El Señor Obispo de Zamora, hoy de Málaga, me escribe por medio de un familiar suyo la grande per plexidad en que se halla para venir por acá por el temor de queno sea voluntad de Dios. Este lo funda en la caida vueleo del coche y accidentillos que le han dado y ya en que una buena alma dice no es del agrado de Dios deje a ¡juella Iglesia. Esta misma preguntada' en la primera ocasión ase- guró que consu tándolo con el Señor ui creía era su divina voluntad que vi (l) Carta de Sanlúcar de Barrameda, F Noviem- bre 1:84
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