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DESCANSO. GRAVE 316. == Q En estos últimos dias de convalecencia se me propone cuando voy á un rato de oracion ete. un nue- yo y extraño modo de predicar en la corte, tanto al pueblo como á los ecle siásticos, de modo que me ha llama- do la atencion hasta persuadirme de- bo dar cuenta de ello 4 V. como lo hago y haré si llego á verle. Ademas reconozco un amor extremado é in terno á Santos Apóstoles que me obliga no sé á que y á de- sear participar de su espíritu y vivir bajo la proteccion aunque fuese de uno solo. En medio de esto son sin número mis culpas, la irascible casi sin freno, fácil á disgustarme de cual- quiera bagatela y á manifestarla en desagrado del semblante y de la con- versacion: la concupiscencia no deja de combatir con alguna frecuencia: falto á los ratos enteros de oracion porque con el pretexto de la enferme dad empiezo á tenerla para seguirla mañana y tarde á ratos y suele no ser así, mas con tirante advierto en el interior que me llama á dentro para el trato con Dios todos los todo no sé qué más y me comunicó tanta resignación que sentía despues pidiesen por mi salud, sólo quería y pe- día yo sin acertar á:más que se hiciese la divi- na voluntad. En la convalecencia se me dió á en- tender se me concedía para protector en el cielo á mi P. S, Bernardo y que en prueba de ello no me daría la calentura aquel dia que aun me da- ba y así fué etc, Esto tiene otras circunstancias alo prolijas y de que no del todo me acuerdo, » — Y en la segunda carta añade : « En la vacacion que dije á V, se me concedió la proteccion de mi P. San Bernardo; te veía que todos los Santos del Cielo se me pareció que infelectualmen- ponian en pié como en ademan de dar á Dios nuevas gracias por este beneficio y jue en efecto con un modo dulcisimo cantaron: Laudate Dominum omnes gentes, et collaudate eum omnes populi Quoniam e nfirmata est super famulum suum istum misericordia ejus, et veritas Domini ma nel in acternum. Siguieron despues un salmo de nuevo cántico del que nada percibí, sólo 1e de Los efectos de esto fueron grandes de humillación, amor, con- intento se me ocultaba su letra etc. fianza etc, etc. ete. A pocos dias de esto me sen- tí movido con un afecto singular á los Santos Apóstoles con un deseo intensisimo de seguirlos y de lograr su proteccion, conociendo lo necesa- FiO para el perfecto desempeño de mi ministerio, En la predicación he reconocido muchas veces la asistencia del Señor en casos bastantemente es- trechos. » ENFERMEDAD 105 que casi lo tengo olvidado: su Majes- tad me mire con misericordia. 317. — « El dia primero ó antece dente al en que tuve la primera leve destemplanza para anuncio de la en fermedad, recibí la muy apreciable de V., la que como todas llenó mi cora- zon de luz, seguridad y confianza ete., pero como ninguna afligió mi espíritu hasta notar una general indisposicion en el cuerpo, llegando á leer el parra fito de la media esquelá sobre sus setenta años de V. ete. No digo á V. más, P..de mi alma, porque no estoy para ello, sólo le recuerdo que por superior impulso tomé yo á mi cargo (y lo repito ahora) lo que despues de esta vida le quedo á V, que satisfacer en la otra para que ni por un instante se le retarde la vista del Sumo Bien. » 318. Convalecido nuestro Beato Diego de su .enfermedad, pasó por Se tiembre á Málaga, de donde sabiendo que su sabio Director estaba muy de hicado de salud, le escribió entre otras cosas estas sencillas y hermosas pa- (1): « Los males de V, me aflijen muy mucho y quisiera se cui dase V. un poco más para que ruin hijo no quedase huérfano tan temprano que aun no le han nacido los dientes. Su Divina Majestad dis- ponga lo que más sea de su agrado. » 319. — De Málaga pasó el santo Misionero á Sevilla para predicar en la profesion de una sobrina suya, á quien dirigió un poema místico que compuso durante su convalecencia, vol viendo á Málaga el 19 de Octubre, donde permaneció hasta fines de Di- ciembre del mismo año 1782 (2): « El dia 19 del que acaba llegué á esta sin menor novedad, bendito Dios, aunque 15 me acometieron unos dolorcillos cólicos que me molestaban algo, y dispuso el médico dejase la abstinencia pero no el ayuno, como así lo voy siguiendo, no obstante del total alivio que experimento: de todos modos soy de V. para cuanto quiera mandarme. » 320. — Antes de concluir este ca pítulo, séanos permitido añadir la si- guiente carta ascótica, verdadera joya cristiana. El Beato la labras este despues el de esperanza (1) Carta de Málaga, 27 Sot. 1782 (2) Carta de Málaga, 26 Oct, 1782
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