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79 Pero al mismo tiempo anda en la escena una reina., que es Ester; y consuma esta heroina con el más feliz resultado las hazañas más inau- ditas en su época , siendo aquellas, por la naturaleza de las cosas y costumbres de los tiempos, másá propósito para labrar su propia ruina, que no para proporcionar á su gente un dia de victoria; y ad- quiere asimismo una gloria, cuyo encomio se predica con sólo decir, que mereció que se solemuizase en su nacion con fiesta religiosa. To- do se comprende recorriendo, aunque sólo sea someramente, la his- toria de Ester. Ester, la hermosa Edisa, pues tambien tenía este nombre, vivía como todós los demás de su tribu y familia, en las regiones orienta- les, á donde las habian llevado cautivas los reyes de Babilonia. Era estajóven oriunda de la tribu de Benjamin; y nacida en la oscuridad y quizá en la pobreza del destierro , no tenía más amparo que el de su tio Mardoqueo , que la habia educado con esmero desde su -niñez. Susan, que era la corte del rey de Persia , era tambien la morada de estos dos creyentes, que viviendo entre tantos idólatras, nunca se contaminaron en lo más mínimo. Era Edisa de una hermosura increible , pues vistiéndose con sen- cillez, y sin más atavíos mujeriles que los que la daban sin buscarlos ella, aparecía más graciosa y bella que todas, no obstante que éstas se ataviaban con cuantos ornatos puede inventar la vanidad mujeril. Por uno de esos lances que los vapores del vino suelen producir al fin de los banquetes demasiado suculentos , sucedió que el rey Asuero, de- seoso de recrear sus miradas en la'hermosa reina Vasty, la mandó llamar al concluirse una gran cena, que había dado á todos los mag- nates del reino, para que todos los que asistían 4 su mesa considera- sen su belleza ; mas Vasty creyó que su aparicion ante el Rey y sus el mediato, el histórico y el místico. El primero de estos sentidos es el queel Espíritu Santo intenta manifestar directa y próximamente, como lo presentan directamente las palabras mismas; y lo es próximamente, si las palabras se toman en su sentido propio, y remotamente, sies trasladado. El segundo está escondido en el sentido literal, intentando asimismo el Espíritu Santo expresarlo directa aunque remotamente, no obstante que las palabras sean qblícuas y remotas. Así hay en las sagra- das letras tantos misterios encerrados en el sentido literal, sobre todo en los profetas: aún estos mismos anunciaban cosas, de las cuales no veían ellos algunas veces sino lo que significaba la expresion, miéntras que Dios intentaba encerrar en el mismo sentido literal, otro mucho más sublime. Ahora pues, asi como el sentido místico está encerrado en el literal sin que lo supiera quizás el que lo escribió, así hay muchas personas y cosas descritas en la Escritura, que son tipos é imágenes de Otras venideras, y lo eran sin que lo supiesen las personas que entra- ban en“escena, ni las que escribian su historia. Y este es el caso de Es- ter y de su tio en la corte de Asuero.