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630 mucho más en los dias de sus glorias. Hijos, que tengan amor, aunque sea material solamente, á sus madres, tan sólo cuando reciben de ellas la leche y los primeros bocados de su alimentacion , no conocemos más que los de los irracionales. Quédese pues ese Dios, á quien se le infiere injuria porque se da honor á su Madre , para los herejes: nosotros tenemos un Dios, que se gloría de honrar á Jos que le honran: y como sabemos que en este Dios no hay sí y nó (1), que es la suma verdad, y no.tiene sino un acto purisimo sin pasado ni futuro, sabemos tambien cierta é infalible mente, que habiendo honrado á la Virgen una vez, llamándola á ser su Madre, la honra en el cielo, y la honrará como Hijo, y tiene mu— cha gloria en que todos los que lo aman á él, amen á su Madre, en que todos los que lo adoran á él, inclinen tambien su frente delante de su Madre, y en que cuantos le dan gracias por haberse salvado por los méritos infinitos de su vida, pasion y muerte, dirijan una mirada de eratitud á la bendita entre todas las mujeres por haberlo engen- drado á él. CONCLUSION. Concluirémos pues de todo lo dicho, que en vano querrá gloriarse de amar á Dios quien no quiera amar ásu Madre; en vano se empe- ñará en adorarlo, si no rinde á María los homenajes que le corres- ponden por su dignidad. Hija de un Padre que no engendra á su Hijo sino entre los resplandores de su santidad infinita, y á quien co- rresponde todo honor, toda gloria: Madre de un Dios, á quien toda criatura debe adorar, y todo hombre agradecer los beneficios de la creacion y redencion: Esposa de un Dios, que santifica las almas, asis- te á su lglesia, fortifica á los fieles, y confunde el error, María no puede ménos de continuar haciendo en el cielo lo que hacía en la tierra: fué santísima en la tierra y es santísima en el cielo: fué ama- bilísima en la tierra, lo es en el cielo: fué clementísima , piadosisima y misericordiosísima entre los hombres, y no lo es ménos entre los ángeles. María es la madre de la Iglesia, madre de la gracia, madre de la piedad y madre de la fortaleza invencible, que es Jesus: es la torre inexpugnable, la ciudad de muros de diamante, el ejército bien orde- nado, la triunfadora del infierno, y la victoriosa sobre Satanás , y es todo esto para siempre. (0) 2. Lon 01,.1,19:

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