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TR AAA A A SALMAN e ina ti AAROTIR 0 it e E BES E ARO RR 592 La que tanto ha protegido á la Iglesia contra los enemigos ocultos, cuyos artificios se han descubierto en las marañas é intrigas del error, mucho más sensiblemente lo ha hecho contra los públicos, que se han presentado, haciendo alarde de fuerzas materiales para destruirla. La Iglesia ha hecho con las naciones lo que un patriarca, venerable por su edad y por sus virtudes , hace con sus hijos , en cuyo entendimiento va imprimiendo los mismos principios y verdades religiosas, que le han servido á él de base de operaciones para educarlos, y en cuyos cora- zones inocula el amor de la virtud, á fuerza de presentarles siempre en su propia persona un retrato vivo y animado de honradez. Estos hijos crecen; y cuando llegan á edad competente y forman familia aparte, tienen puestas sus miradas en su padre, y reputan por defec- cion del amor de familia el dejar de practicar lo que han visto, y el no seguir siempre la regla de vida y la senda de la honradez que su pa- dre les señaló á fuerza de andarla él junto con ellos. Así las naciones tambien : la Iglesia de Jesucristo fué extendiéndose por la tierra, y á fuerza de tiempo y paciencia, de reyes bárbaros y de pueblos feroces hizo monarcas civilizados por las luces de la religion, y pueblos pací= ficos, que vivian dados al trabajo para ganar su pan, miéntras que ántes no tenían más númen que la flecha y el arco, ni más saber que el merudeo, ni más ley que la fuerza brutal. ¿Qué resultado tuvo esta conquista de las naciones por la Iglesia? Que todas sus instituciones recibieron el jugo vital de la religion, y se alimentaban con esta sávia. Y es un hecho bien notable, consignado en la historia de todas las naciones, el haber habido la conformidad más perfecta en lo que ban pensado todas las que han sido regeneradas por la Iglesia sobre la Virgen María; pues todas con una uniformidad la más sorprendente han reconocido en ella 4 la que las debía prote- ger contra las calamidades públicas, contra las invasiones de los ene— migos, y las irrupciones de los bárbaros. Este hecho puede llamarse la protestacion pública y solemne de la fe de todo:el linaje humano, ilustrado verdaderamente : porque , no hay hoy dia nacion alguna, que no nos muestre un monumento de esta verdad en los anales de su fundacion y en la historia de sus glorias. Ora sean santos obispos, que desde los mistmos tiempos de las persecuciones enseñaban á los fieles 4 ponerse bajo la proteccion de la Virgen, ora sean reyes y monarca do, y desde entónces tambien empezó á repetirse en todo el orbe aquella deprecacion, Santa Maria , socorre á los desgraciados, ayuda dá los pusi- lánimes, consuela á los que lloran, ora por el pueblo, ruega por el clero y por las mujeres consagradas á Dios, y sientan tu amparo todos los que te invocan. Entónces quizás se salu taba ya á la Virgen con la Salve, Re- gina, Mater Misericordi:e, pues se pierde la antigúedad de esta oracion en la oscuridad de los tiempos, y se cree que viene de los apostólicos.
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