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ones or a ES cio.UPS Casbas aa INIA , Ed 971 «La vida, dijo San Efren, fué introducida en el mundo por Ma- ria, para que diese á loz al que es la vida, y sea la Madre de todos los vivientes (1).» «Ella es el campo virgen, por no haberlo tocado nadie, dice San Epifanio, que recibiendo en su vientre el grano de trigo, que es el Verbo divino, produjo tambien el gran manojo de mies (2).» «Ella es, dice San Bernardino de Sena, la que al consen- tiren la encarnación del Hijo de Dios en su seno, pidió con toda ter= nura la salvacion de todos los predestinados, y la procuró por todos los medios, dedicándose con este consentimiento á la salvacion del mundo, de tal manera que los llevaba á todos en sus entrañas como la madre verdadera lleva á sus bijos (3). » No tenemos para qué detenernos más en el exámen de esta rela- cion de origen que une á la Iglesia con la Virgen, pues está tan inoculada en el corazon de todos los creyentes esta idea, que parece ser la que primero viene á la mente, y la que primero se expresa por los labios despues de la palabra Dios: porque, así como no podemos decir la Virgen sin que al momento digamos María; asi tampoco po- demos nombrarla, sin que en el acto nos acordemos de que es madre, madre de Cristo, que es la cabeza de la Iglesia y madre de cuantos son miembros del cuerpo mistico, que recibe de él el jugo de la vida, y la direccion de sus operaciones. Pero hay todavía dos relaciones, que tienen un carácter de dura- cion permanente y de actualidad respecto de la Iglesia , cuya conside- racion nos debe ocupar con especialiadad, y son la educacion y la proteccion. Porque, no obstante que la generacion y el parto son actos que constituyen esencialmente la maternidad , son esos actos de corta duracion, y hasta cierto punto puramente transitorios: pero faltan dos periodos más, que pueden llamarse los integrantes de la maternidad, uno de los cuales es de tanta duracion, cuanta sea nece= saria para la educacion del hijo, y otro pnede durar tanto como dure la vida del mismo hijo, pues puede sucedar que necesite siempre del auxilio de su madre. Ves cada uno cómo ha necesitado por largo tiempo de la educacion materna, para que no sólo se desarrollase poco á poco su cuerpo, sino para que fuese desenvolviéndose tambien el alma con sus potencias, y formándose el corazon al amor de lo bueno, y comprenderá que la Iglesia de Jesucristo ha pasado por ese periodo. Porque si bien su divino Fundador la instituyó perfecta en sus leyes. en su cabeza, y en sus sacramentos, la dejó en el mundo para que creciese y fuese extendiéndose poco á poco hasta llenar la tierra. Para llegar 4 este estado, la Iglesia ha necesitado de una solicitud por parte (1) Serm. de Laud. Virg. (2) Orat de Laud. Virg, (3) Tom. 3, serm. 6.
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