BCCPAM000542-2-34000000000000

566 pió de una vez las puertas y los cerrojos de la muerte: hoy fué, cuando destruyó el poder del infierno, y echó por tierra las fuerzas del diablo (1).» Esto medió en aquel momento admirable: pero no basta saber la sustancia de las cosas, sino el modo de ellas, para dar gracias á Dios con más fervor por sus misericordias, y por la manera inefable y sapientísima como nos las ha dispensado. Véase cómo explican este modo los Santos Padres: «La Virgen, dice San Agustin, resolvió los daños de la primera madre y trajo. la redencion al hombre perdi- do: ésta trajo penas al mundo , aquélla le acarreó salud: ésta fué autora del pecado, aquélla lo es del mérito. Eva mató, María vivificó: aquólla hirió y ésta nos sanó /2).» Lo mismo dice San Epi- fanio con estas sentencias : «Eva se hizo causa de muerte para todos los hombres, pues por ella entró la muerte en el mundo: pero María fué causa de la vida, por haber sido engendrado por ella el que es la vida por esencia, y por haber vénido al mundo por medio de ella el Hijo de Dios (3).» Otro tanto predica San Bernardo, diciendo, que un hombre y una mujer nos hicieron daños muy grandes: pero tambien por otró hombre y otra mujer, que son Jesucristo y su Madre, son restauradas las cosas, y con grandes ventajas: porque no es el don como el delito, habiendo excedido la grandeza del beneficio á la es- timacion del daño (4) Eva, añade el mismo, fué espina, María es rosa: Eva como espina nos hirió; María como rosa nos sanó: Eva es la espina que clava á todos la muerte, María la rosa que vuelve á todos una vida saludable (5). > De este modo describen los Padres de la Iglesia la sustancia y el modo del beneficio, afirmando todos que la Virgen tomó una parte activa en la redencion del hombre y la destruccion del poder de Luci- fer. Mas ¿por qué sucedió esto asi? ¿Por qué, dice San Agustin, quiso Dios devolvernos la vida perdida , naciendo de la Virgen? Porque quería que nos viniese la salud por «na Vírgen, ya que nos había venido al mundo la muerte por una mnjer (6). Sucedió así, contesta San Epifanio. «porque de donde salió la muerte, tenía que salir la vida: para que el que por medio de una mujer se hizo vida nuestra, echase del mundo la muerte que introdujo una mujer (7).» Era con- veniente, responde San Bernardo, que el que habia vencido por una (1) Recessit Pastor noster, fons aque vive, ad cujus transitum sol obscuratus est: nam ille captus est, qui caplivum tenebat primum ho- mivem : hodie portas mortis etseras pariler Salvator noster dirupit. Destruxit quidem claustra inferni, et subvertit potentias diaboli. (y. IV. Sab. Sanct.) (2) Serm. 18, de Sanct. (5) Serm. de B. V. María. (3) Epiphan. lib. 3, contr. heres. (6) Serm. 13, de Nativ. Dom. (4) Sup. Sign. magn. (7) Lib. 3. contr. heres.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz