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... 998 vencerlo para siempre. Jamás ha sido la presencia de la Virgen más ofuscadora para Lucifer: jamás se ha visto él más engañado por su propia malicia, ni más persuadido de que al fin había llegado á saber cierta y positivamente que Jesus no era más que un simple profeta, un hombre como los demás. Echemos una mirada á lo que pasa en el Calvario precisamente en los momentos mismos en que Jesus va á espirar. Paséanse aquí y allí muy ufanos y satisfechos los escribas y fariseos, porque han logrado en un momento dado lo que habían estado maquinando inútilmente por espacio de tres años. Estaban siempre en conjuracion contra Jesus sin poder echarle mano jamás, porque. sin saber ellos cómo, se les iba de entre las manos. Este poder de Jesus unido á las cosas tan extraordinarias que veían en él, les hizo sospechar más de una vez que quizás era el Mesías prometido: pero como todos sus pensamientos eran de orgullo, no podían consentir en tener un Mesías pobre, cuando ellos lo esperaban rico, grande conquistador y monarca poderoso. Tan pronto como echaron mano á Jesus y lo vieron preso y encadenado, estos hombres no vacilaron nada en formar su juicio contra él , Con- cluyendo en su razon depravada, que pues lo habían acusado , Y NO se había escapado, ni defendido, aquel hombre no pasaba de ser un profeta falso: porque si fuera hijo de Dios, se decían á sí mismos, no lo hubiéramos podido apresar. Cuando Jesucristo fué clavado en la cruz, estas ideas se fortifi- caron más en ellos, porque siempre temían que se les fuese de entre las manos , así como se les había ido tantas veces: pero una vez cru- cificado, ya veían lo que deseaban ver con sus propios ojos, y palpaban con todos sus sentidos, el experimento que querían hacer con aquel hombre tan poderoso en palabra y accion. Tenía ya Jesus sobre sí la maldicion de la ley, por estar clavado con infamia al patibu- lo, y de ahi deducian que no era lo que él se había llamado, Hijo de Dios. Así se pasean altivos é insultantes delante de él, y unas veces se dirigen al Crucificado diciéndole que, puesto que dijo que destruiría el templo de Dios, y lo edificaría de nuevo en tres dias, podia bien salvarse á sí mismo , y ya que decia que era Hijo de Dios bajase de la cruz; y otras, se reunen en. corrillos y confabulan unos con otros, dirigiéndose mútuamente mil plácemes como lo indican las palabras siguientes: ¡ Bah ! Ha salvado á otros, y nu puede ahora salvarse á sí mismo : si es el Rey de Israel, baje ahora de la cruz y creerémos en dl: él pone su confianza en Dios: pues bien; si Dios lo ama, librelo ahora, ya que él mismo decía: Yo soy el Hijo de Dios (1). No se crea que estas palabras de los fariseos sean ya unas frases (1) Matth..cap. 27, vv. 42 y 43.

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