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" INTE PIS ra 534 la humanidad. Una tras otra, iban pasando las edades, sin que ni el tiempo ni la experiencia hiciesen mejores á los hombres , ni las almas se elevasen al amor de la belleza infinita, por hallarse todas como ato- lladas en el lodazal inmenso de la corrupcion. El enemigo del hombre había conseguido su deseo, que era el de apartar á los hombres del ca- mino del cielo y hacerlos esclavos delos vicios y pasiones. Habia llenado la tierra de tinieblas, y era él el principe de ese gran imperio, gozán- dose mucho en ver que el linaje de Adan, arrastrado por el impetu brutal de las pasiones, fuese cayendo de abismo en abismo , de desgra- cia en desgracia, hasta haberse postrado en lecho de muerte, sin tener un médico que le curase sus llagas, y le devolviese la fuerza para ele- varse á Dios, saliendo del error que oscurecía su entendimiento, y desenredándose de los vicios que tenían cautiva á la voluntad. Verdad es, que en medio de tantas tinieblas se veia fulgurar de vez en cuando algun rayo de luz: algunas almas justas viajaban por el mundo, sin dejarse ahogar del humo denso de la corrupcion : en una edad, eran patriarcas que tenían puesta la mira y laesperanza en aquella ciudad de sólidos fundamentos, cuyo arquitecto y fundador es Dios (1): en otra, profetas que escogían ántes ser afligidos con «el pueblo de Dios, que gozar de las delicias pasajeras del pecado (2): y en todas, justos que no quisieron seguir las máximas corrompidas de la carne, y com- batieron contra el enemigo, no temiendo á los perseguidores, pues hubo quienes fueron estirados en potros, otros sufrieron escarnios y azotes, además de cadenas y cárceles; fueron tambien aserrados , des— pedazados , puestos á prueba de todos modos , muertos á filo de espa- da, anduvieron girando de acá para allá, cubiertos de pieles de oveja y de cabra, desamparados , angustiados, maltratados, no siendo digno de ellos el mundo, yendo perdidos por las soledades, y teniendo que refugiarse en montes, en cuevas y en cavernas de la tierra (3). Todo esto es cierto : Lucifer no consiguió que no hubiese siempre en la tierra muchos adoradores de Dios, habiéndose sucedido estos con un encadenamiento nunca interrumpido , desde Abel hasta Noé, y des- de éste hasta Abrahan, y desde Abrahan hasta que vino el deseado de las gentes. Pero, ninguno de todos esos justos pasó de ser una co- mo chispa de luz que, si bien se ve en medio de las tinieblas , no tiene fuerza para destruirlas. Para esto es necesario ser, no chispa instantá— nea, ni rayo fugaz, sino luz flamigera, constante y permanente, tan: pura como la luna, tan flamante como el sol. Todo esto se requería para disipar la densa niebla que cubría los entendimientos, sin dejar— les ver las bellezas de la virtud, y para romper el hilo de los placeres sensuales que ligaba las voluntades á todo lo que era carnal. (1) Hebr. cap. 11,v. 10. (2) ld. ibid., v.23. (3) Id. ibíd., v. 36, 37.

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