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0, es A O dós 525 dumbre: y aun cuando yo me revuelque en mis heridas, y tenga que confesar que me ha descalabrado la cabeza, la insultaré y la diré que al fin es hija de Adan pecador, y que ha sido mi esclava: asi hablaba de Lucifer, y en ese pensamiento estuvo cuatro mil años, creciendo el odio á esa mujer hasta un punto inconcebible. Compréndese con qué vigilancia observaba el dragon el momento en que debía aparecer esa mujer; miraba y volvía á mirar, siendo sus ojos dos centellas y su boca un volcan de fuego teñido de sangre. Entre tanto el tiempo llegó; y cuando este ladron de almas creía que los momentos de la gran presa se acercaban, hé aquí que de repente un peso inmenso cayó sobre su cerviz, el cual le oprimió, le obligó 4 ce- rrarsus ojos centellantes y á sellar su boca, sin que Je valiese levantar sus Zzarpas, enroscar su cuerpo escamado, sacudir su cola de escor- pion, é intentar clavarla en su cerviz: apénas oye el mismo sus ho- rendos rugidos, pues no tiene ya ni por donde respirar, prolongán- dose su aliento dentro de su pecho enfurecido cual larga y horrísona detonación de truenos continuados. Vanamente intenta Lucifer darse razon á sí mismo de aquella opresion de su cerviz, de aquel encon- trarse clavado contra la tierra, de aquel verse sin aliento, de aquel gravitar sobre él tan enorme y gigantesca planta, que magulla su cer- viz , despues de haberle- arrancado súbitamente la corona, y de aquel estado de inmobilidad en que jamás habia estado. Cuando quiso volver en sí, lo hizo arrojando por su inmensa boca un océano de lava infer- nal y dando un bramido que hizo retemblar las profundas concavidades del averno. Pasó, dijo con un furor que nunca tuviera en grado tan subido, pasó esa enemiga que yo esperaba con ansia: pasó y me puso su pie en mi cerviz, y ni áun la he podido ver. En efecto, la Virgen empezaba á existir, consiguiendo en el primer instante de su vida una victoría completa sobre el Leviatán del averno. Cumple en gran manera á nuestro propósito de conocer las glorias de la Vírgen, el examinar cuál fué esta victoria que obtuvo contre Lucifer en el momento de pasar de la nada á la existencia. En realí- dad esta Virgen es hija de Adan,y tiene que tener cuantola constituya, verdadera descendiente de su estirpe : más todavía; esta Virgen ha de tener algo de lo que le sobrevino á Adan por haber faltado á lo que Dios le habia mandado. Y ¿qué era lo que la Virgen tendría de Adan pecador? Aquello que sería lo que la serviria de arma, para aterrar á Lucifer en el poder que se arrogaba , y de manto con que cubriría sus-excelencias y lo engañaría, trayéndolo siempre alucinado y andan- do al rededor de ella , sin poder él llegar á comprenderla, hasta que viniese el momento de ponerle ella misma una cadena. Esto que la Virgen tenía de su padre prevaricador, era lo mismo que tuvo su Hijo, la naturaleza con su debilidad natural, con su defeccion, con sus mi- serias, menos aquellas que vienen del pecado. Así se hizo el Hijo

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