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521 Lucifer, por grandes y extensas que sean sus facultades de inteleccion y comprension, nunca puede salir del círculo en que está encerrada toda criatura. Vive él como vivimos nosotros, siendo dueño del instante en que piensa y discurre, y pudiendo tener actos reflejos sobre si mismo : es tambien propietario de lo que ya pasó en órden á retenerlo con tenacidad increible en su memoria, pero, de esto á saber lo que ha de suceder en el porvenir, hay una diferencia inmensa; Lucifer podrá conjeturar eon más ó ménos probabilidad lo que podrá suceder en tiempos no muy lejanos, y en vista de ciertas causas morales puestas en accion , así como un hombre sabio conjetura lo que será un jóven segun las disposiciones que ve en él, así como un filósofo conjetura la ruina ó el levantamiento de un pueblo por las instituciones que lo rigen: pero jamás podrá decir con fijeza infalible lo que ha de suceder en tiempos lejanos, y mucho ménos cuando han de intervenir en la ejecucion de los hechos agentes libres: la fuerza de Lucifer no llega á tanto, pues como dice el profeta Isaías el anunciar las cosas futuras, eso es sólo propio de Dios (1). ¿Qué puede Lucifer por tanto en órden á impedir la ejecucion, ó anulación, ó derogación, ó modificacion de los decretos de Dios? Nada. Cuando Lucifer se hallaba en la categoría de séres futuros, tenia Dios en su mente una serie de decretos que su voluntad soberana 6 1n- dependiente tenía resuelto ejecutar, debiendo manifestarse á los sóres racionales en los momentos que él mismo había prefijado. Nada influían en estos decretos los sucesos provenientes de agentes libres, que hu= biesen de vivir en el mundo, ni el que se realizasen en el primero ú en el milésimo año de la creacion, porque existían en el entendimiento divino con la misma verdad que en el dia de su ejecucion. ¡Qué! ¿Formó Dios acaso el cielo con sus astros, para obtener para su go- bierno un calculo cronológico con el movimiento solar ó el de las estrellas? Necesitaba él por ventura del movimiento diario ó anual de los astros para ordenar sus proyectos divinos? ¿No existían ántes de la creacion del mundo los años y el dia de la eternidad? Antes que hubiese cielo y tierra, ángeles y hombres, ¿no era Dios feliz en sí mismo, y no tenía un Hijo , 4 quien decia siempre, que lo engendraba sin cesar, y que le daría las naciones de la tierra por herencia? (2) La tierra, los astros y los tiempos fueron hechos para regular á los hombres, y para anunciarles sin cesar su limitacion y su mutabilidad contínua. Por lo demás, el dia, el año y el siglo de Dios es la eternidad (5). (1) Cap. 41, v.23. (2) Psalm. 2,v. 7,8. (3) Véase cómo los Santos hablan de Dios: «Tú, oh Dios mio, dica San Agustin, precedes átodos los tiempos pasados por la elevacion de tu eternidad; tú eres ántes de todos los futuros, porque cuando lleguen,
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