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e E o ER A O cae Sa 509 te salve, llena de gracia, el Señor es contigo; el Espiritu Santo des- cenderá sobre ti, y la virtud del Altísimo te cubrirá con su sombra. Ahi teneis por tanto al Señor, teneis la virtud del Altísimo, teneis al Espíritu Santo, teneis al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo (1).> ¿Dónde está, pues, preguntarémos ahora, el paganismo con sus dioses multiplicados hasta lo infinito? ¿Dónde las doctrinas del hombre animal, que convertía la gloria del Dios incorruptible en imágen de sierpes, de cuadrúpedos y de reptiles? ¿Dónde la vana filosofía, que atribuía al acaso la existencia de esa materia que se mueve con tanto órden en los cielos, y vegeta y pulula con tanta regularidad en la tierra? Todo es un edificio de arcilla fundado sobre arena, que se destruye al primer soplo del viento : es un edificio que sólo han podido fabricar hombres que no veían, por estar entre tinieblas. Pero la loz amaneció : la Virgen María se presentó con su Hijo en sus brazos, y esto bastó para que Egipto reconociese al Dios del cielo (2) y los hombres todos dijesen que habian visto la gloria de este Hijo, gloria como del Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad (3). 2. MIL. La mayor sabiduría que ha habido en la tierra. Por mucho que se afanen los hombres en este mundo, apénas pueden saludar los dinteles del templo de la sabiduría. Despues de pasar años y años entregados á estudios profundos, podrán algunos llegar á tener una ciencia grande, y si se quiere, casi perfecta de alguna de las ciencias naturales, y áun elevarse como águilas reales en las regiones sublimes de las sobrenaturales, á los cuales puede aplicarse el nombre de sabios, porque explican cosas altísimas por causas tambien altísimas. Pero al último ápice de esta sabiduría, ¿quién podrá llegar en este valle de miseria y de defeccion? Si alguno ha llegado, es la Virgen. La habitacion de las tres divinas personas en la Virgen María, entraña necesariamente en ella la ciencia más sublime que haber pueda en una criatura, de lo que es la naturaleza divina en su unidad de esencia y trinidad de personas : porque si el Padre está en ella, precisamente ha de saber quién es este Padre y cómo es Padre : si el (1) Serm. 52, in Par. (2) Así estaba anunciado en el cap. 19 de Isaías, v. 1 y 21. El Señor, decía , swbirá ú una nube ligera, yentrará en Egipto : en aquel día los egipcios conocerán al Señor. La nube ligera es la Vírgen María : Egipto es el mundo todo lleno de tinieblas. Así los Padres. (3) Joann. cap. 1, v. 14.

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