BCCPAM000542-2-34000000000000

508 que Dios engendra eternamente á su Hijo. Dios se manifiesta en la encarnacion en su esencia y en sus personas, y nos descubre los atributos de aquélla y las propiedades de éstas: pero es por medio de María: el Hijo está unido al Padre con las relaciones de filiacion , y el Padre al Hijo con las de paternidad : mas este género de relaciones une á este Hijo con la Vírgen: El está unido con la Virgen con relaciones de filiacion, la Virgen esta unida al Hijo con relaciones de maternidad, lo que da á María una union rara y singular con la augusta Trínidad; la une con el Padre, cuyo Hijo es su Hijo: la une con el Hijo, á quien da el sér temporal: la une con el Espíritu Santo, que como esposo forma con su virtud el cuerpo del Verbo divino. Es decir que la Madre es el medio para que con toda seguridad y certeza pueda el hombre llegarse al Hijo , lo finito á lo infinito, la criatura al Criador, el hombre á Dios (1). Todo esto han significado los Santos Padres en las alabanzas que han dado á la Virgen. Pondrémos aquí las palabras con que San Ber- nardo comenta aquellas del Salmo, que dice que un dia trasmite al otro los anuncios de la gloria de Dios (2), y dice así: « ¿Qué significa esto? Hay dos dias, el de la divinidad y el de la virginidad: la divinidad trasmite sus glorias á la virginidad : esta gloria pasa del seno de la majestad del Padre al de integridad maternal de la Virgen.» Parécele esto demasiado al mismo Santo Padre, y se pregunta á sí mismo admi- rado de tanta grandeza y dice: «En realidad el Padre es dia: pero, ¿no lo es tambien la Virgen? Lo es, y muy brillante: pues brilla como la aurora, es hermosa como la luna y escogida como el sol (5).» Segun la idea, que encierra aquí San Bernardo, la Vírgen es el re- fiejo de las tres divinas personas, viéndose en ella: la fecundidad del Padre, la sabiduría del Hijo y el amor del Espíritu Santo. Justo es que nos detengamos en el exámen de esta verdad , pues encierra arcanos admirables : pero ántes cerremos esta materia, qué podrémos llamar de iluminacion del alma, con un razonamiento del mismo mencionado Doctor, en el cual se demuestra el modo asombroso como estuvo en la Virgen la augusta Trinidad. «Sin duda alguna, dice, estuvo en María toda la Beatísima Trinidad, y estuvo por la presencia de la majestad , desde que el Hijo estaba en ella, por haber tomado nuestra naturaleza : y así lo atestigua el em- bajador celestial, que le reveló los misterios divinos. Díijole éste: Dios (1) Son muy notables ¿05 palabess con que San Isidoro de Tesalónica enseña esta doctrina. « Esta írgen , dice, es camino, verdad y vida, por- y ella es todo lo que es el que nació de ella. Por ella tenemos acceso al adre: porque nadie se acerca á él, sino por el Hijo: pero nadie se acerca al Hijo sino por la Madre.» (Serm. in Deipar. Annuntiat. , n. XX.) (2) Dies diei eructat verbum. (Psalm. 48, y. 2. (3) Div, Bernard. serm 5 ex Parv., et serm. de Aqueduct,

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz