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456 los hombres ingratos á su amor, dándoles; lugar de penitencia: y, por eso me llamarán bienaventurada todas las generaciones. Mucho más pudiéramos decir en esta. materia: la Iglesia católica en cuyo seno se conserva siempre reciente la memoria:de los beneficios recibidos de la Virgen, la venera como.á su madre y.la bendice como á su bienhechora , invocándola y pidiéndola que sientan sus auxilios todos los que la invocan, y dándola gracias por lo mucho que ruegaá su Hijo para que la dé victoria sobre sus enemigos. Conlo dicho basta para que se entienda eon perfeccion cuánto deben los hombres á María. Add > La esclava del Señor. Ora. se observe lo que la Virgen descubre en sus palabras al ángel del Señor, ora se fije la atencion en su conversacion con los hombres, se comprende fácilmente que la existencia de esta misma Virgen está ligada tan íntimamente con las obras de la redencion, que.sin su pre- sencia. y cooperacion no pudieran éstas ejecutarse. Prueba; bien con- vincente de la parte activa que en esta empresa tenía que tomar, es el haberla enviado Dios un arcángel para explorar su. voluntad; y saber de sus labios si consentía en ser Madre suya,(1).. Miéntras duró el diálogo del 4ngel con la Virgen, dice San Bernardo que el cielo, es- tuvo como «en expectativa, esperando los ángeles la. respuesta,, y, res presenta él mismo á todo el mundo arrodillado ante esa Vírgen(2). Lo mismo dijo San Agustin, quien interpelando á la Virgen, dice estas palabras: «¿Hasta cuándo esperas, oh Virgen? Responde una palabra, y recibe:al Hijo. de Dios: consiente , y sentirás la. virtud del cielo; abre tu seno de.rosas, oh Virgen perpétua: porque tu consentimiento .abre el cielo al momento, ó éste queda cerrado para siempre» (3)... Y. en efecto,, tan sólo despues que la Virgen dió su última respuesta al án- gel, fué cuando el Padre envió. 4 su Hijo, y el Espiritu Santo formó de la sangre purísima de María el cuerpo del Hijo de Dios, y los-hom> bres pudieron decir: Dios está con nosotros, y vimos su gloria; y el Verbo se hizo carne , y habitó en medwo de nosotros (4). Nada ha asombrado tanto. á los Santos:que-han meditado. profun> damente en la vida y hechos de la Víirgen.eomo esta respuesta que dió (1) Nolebat Omnipotens sue incarnationis miraculum operari in ipsa, non cooperante ipsa; nec carnem volebat sumere ex ¡psa, non-dan- te ipsa (Guiller. Abb.. in cap. 2 Cant.) (2) Div. Bernard. , Homil. 4 sup. Míssus est, (3) $. August... serm. 17, de Nativit. Dom, (1) Joann. cap. 1, v, 14
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