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4530 tra la Iglesia. (1) :y>7 por qué? Porque: Jesweristo: estaría con'ella hasta el fin: del mundo asistiéndola con su virtúd y protegiéndola con su fuerza. Pero Jesucristo había gana- «do estas gracias para su Iglesia con haber derramado Su osangre, la cual no:sólo era suya, sino de la Madre que 'se la había dado. Era pues conforme á: razon que si el me- dio de alcanzar un fin pertenecía á los dos, al Hijo y '4'la Madre, el fruto de la victoria y el resultado del fin 'conse- guido, fuese tambien propiedad de los dos. La Virgen fué por.lo mismo tenida desde el principio, por lo que es;,“el terror del abismo, el espanto de los espíritus malos; “el martillo de los herejes, la protectora de la Iglesia y la de- fensora de los fieles. Y era todo esto una pertenencia natural de la Virgen, legada por derecho natural por su Hijo. La Madre y el Hijo, segun las prescripciones del derecho natural, se heredan '"mútuamente. La Virgen María era la heredera natural de su Hijo Jesus; y habiendo óste muerto ántes que-ella, por derecho natural la pertenecían todos los bienes que hubiese adquirido en su vida. Sabido'es que el Hijo de Dios no tuvo en cuanto á bienes temporales, ni áun donde reclinat $u cabeza, y que nada pudo dejar ú'su: Madre. Pero que !-¿El Rey" de la eternidad habría muerto-sin dejar nada 4 su Madre? Léjos de eso, la dejó tesoros inmensos; bienes itíf- nitos; grandezas inestimables: Jesucristo al morir dejó” 4 su Madre los tesoros de las gracias que había ganado! páta la Iglesia con su muerte y pasion; había merecido la'santi- ficacion de los predestinados, yse la entregó su Madre: lía- bía merecido las derrotas del infierno, y se las dió 4 su Ma- dre; había merecido la permanencia de su Iglesia! hasta e! fin del mundo , y se la dió 4 su Madre. Grande: y sublime como'es la'armonía;, que? percibe la (1 Matth.¿icap. 46, y. 18
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