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11 380 rastrear siquiera el modo admirable:cón que vino sobre ella el Espíritu divinó ¿cuando se encontraba sentada 'en el 'cenáculo en mediode los Apóstoles como su Reina y Maestra. / María: én el primer instante de su vida: mortal recibió tantas gra= cias, cuántas pudieran recibir todos los: ángeles y santosjuntos: y es- taba tan llena , qhe pudo el '4nge) calificarla con esta plénitad y dupli- cándose' en ella por millares de veceslo que es: comun'á la “colecéion de todos los:santos:* Y decía esto el: nuncio celestial;> cuando aún:no había bajado4 su tálamo el Espirita Santo. + Vino éste; al poeo> en su propia persona á:dar principio á la obra de la Encarnacion, y sé apo= seritó/envelb seno vifginal, formando 'el:cuerpo para el Verbó-divino de quien: éb procede; y vino , dice-San Atanasio, con ltodas:sos virtudes esenciales, cual conviene 4 su Majestad infinita ; llenándola-toda entera con sus gracias (t).- Recibió en aquella entrada del Espíritu Santo en su senovtodolo'que'puede recibir uná criatora viadora, “que no esté utida' 4 Dios enunidad de persona, comoafirma San Berhardino (2), Fuéerom-despues creciendo los dones de gracia en la Virgen!á medida que se estrechaban con laconversacion y el trato.con'su Hijo los víncu= los «del amór: que los unían: cuando Jesus éspiró enla Cruz + mere= ciendo por su: pasion un-nombre sobre todo: nómbre ; tenía junto ást ¿sw Madre ; quelo había acompañado desde que nació hasta que espi— ró; trabajarido con él, meréciendo con él;>y: adquiriendo tambien un nombre al cual, despues del que sólo conviene-al Dios hamanado;*in- clina:la cábeza todo: loque“está sojeto 4 Dios; y ante ebual Hiuyen los enémigos. ¿Quién podrá explicar la' plenitud de dones y gracias del Espíritá Santo , que María tenía cuando su Hijo subía triunfante 4 lps cielos? Y ann tada esn-vino aún sobra ella esta Repéritinnonzalador el día de Pentecostés ,llerrándola á:ella sola-con más parate quezá'todos los Apóstoles juntos. Werdaderámente se abisma “huestro' entendimiento en la :contem- placiori/de-la vida dela Virgen y pues cuando uno cree-que ha» llegado á an momento. en el cual parece que se:han cumplido:en'ella todos los misterios, queda el alma absorta y extasiada dulcemente, al-ver que el: horizonterde las grandezas de la: Madre de Diosno tiene límites y se presenta siempre nuevoé inabarcable. ¿En realidad; fué el Espiritu Santo quien dió principio á la gran obra«de'la redención, empezando porsformar dé la purisima:sangre de María el 'cuerpo;veh que habitaría elHijo de Dios , unido hipóstáticamenté ¿da naturaleza humana ;'y era tambien:eb Espíritu Samtoy quien daba:cima 4 esta grán obra; y ponia la clave al majestuoso edificio de 'la'regeneracion del hombré. Y '¿00- mo:ponia el sello-4:sus obras el: Diós-amantísimo , que es“todo fuego (1) Serm. de Deipar. (2) Serm. de Nom, Mar.