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378 claridad , que había sido necesario que él padeciese y resucitase al ter- cer día, para que se cumpliesen las profecías , añadiéndoles que. ellos permaneciesen en Jerusalen hasta que fuesen. vestidos de la virtud. de lo alto. Seguros ya por tanto de que las palabras desu Maestro se habían de cumplir hasta su último ápice, se volvieron contentos y ale- gres al cenáculo. Otro «motivo de consuelo no .ménos poderoso é influyente en sus corazones tenían en; la. presencia de María : porque, con el conoci- miento más extenso, que habían adquirido. de Jas grandezas. de su Maestro, enlos, cuarenta dias que pasaron hablando continuamente con él despues de resucitado , llegarun tambien 4 formar un concep- to exacto de lo.que era su Madre. Reconocían por lo.tanto en ella el santuario de la divinidad , el templo animado de Dios, y. el objeto más precioso que había, despues de Dios, y el.más caro y querido á los ojos divinos: veneraban en ella el depósito de todas las. verdades de la religion de su Hijo, como que ella había sido testigo de.lodas.sus acciones, desde que nació hasta que murió, y había-oido por tantos años sus divinos oráculos. Nada podia desconsolará los Apóstoles : porque si alguna duda ó perplejidad les sobrevenía, no tenían más que acercarse á su Maestra , de cuyos labios fnía. la verdad y el ali- vio de sus congojas. Fué por lo. mismo esta esposa .del Espiritu San- to, quien los amaestró en las. disposiciones que habían de tener, para recibirlo en sus almas , inspirándoles la unidad de sentimientos, la oracion continua y. ferviente, y la perseverancia. en. ella ,..para que secundasen los preceptos de su Hijo, y las oraciones: que hacia por ellos en el cielo 4 su Eterno Padre, á quien rogaba que mandase sobre éllos.el Paráclito, que los acabase, de iluminar, los llenase de su gracia y virtud, y les confiriese.con abundancia, sus.dones. Y en efecto, los apóstoles y discípulos, .en anionde MariaSantísi- ma y de sus santas compañeras, pasaron diez dias en oracion, rogan- do al Señor que pusiese el sello 4. las obras de su amor ;.y.al.cum- plirse los dias de Pentecostés, y encontrándose ¡todos reunidos. en un mismo lugar, ino de repente un estruendo del cielo, como si sopla- se un viento impetuoso,y llenó toda la-casa en que estaban sentados, apareciendo al mismo tiempo. unas lenguas. como de. fuego, que se colocaron sobre cada uno de los que allí estaban, quedando todos, lle- nos del Espíritu Santo (4). A tan inesperado estruendo producido en la estacion más pacífica del-año , y sin qhe una, sola nube cubriese el firmamento , conmovióse toda la ciudad. y se precipitó hácia, el monte Sion, donde se oía el gran ruido, quedando arrebatados, todos de admiracion, al ver que ni el ruido, infundia terror, mi el viento impe- (1) Act. cap. 2, v. 1,2, 3,4.
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