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306 de lo depositó., cuando el sol se había ya escondido detrás del gran mar , y empezaban las estrellas 4. vibrar en la bóveda celestial. Allí lo enterró; y bien pudiera decirse que allí enterró su propio cora- zon. ; Pobre Madre ! en un dia había pasado por tan tristes escenas, que del colmo de la felicidad podía decir que había caido en el abis- mo de la desgracia : mejor que el Profeta, que parodiaba la. Jerusa- len arruinada, podía quejarse de que Dios habia llamado contra ella el tiempo, y de que éste como un gigante , la había al fin alcanza- do en su marcha , y había prevalecido sobre ella (1). Las glorias de Nazareth, las alegrías de Bethlehem, las satisfacciones de los dias de la infancia y juventud de Jesus, todo queda encerrado en la ló- brega tumba. Concluido así este acto desgarrador, María se. retira enlutada como Ja luna que alumbra sus pasos, pálida como las luces lánguidas. de Jas estrellas , trémula y convulsa como lo ha estado:po- eas horas ántes la naturaleza viendo morir á su Criador. y fria y consternada , porque se fué de su lado quien la .consolaba. ¡Ah!.no es posible contemplar esta última jornada que hizo. la Virgen con. su: Hijo acompañándolo al lugar del suplicio ,. estando con él en el teatro de la escena que hizo que las piedras se partiesen de dolor, y por fin conduciéndolo al sepulero,. sin entrever.en me- dio de esta ternura maternal y fortaleza heroica un gran arcano, que Dios esconde á los orgullosos y altiyos y revela á los humildes.. Ni. es extraño que aquéllos se ofusquen en medio de tantas. luces de divini- dad ,. porque. era precisamente, entónces cuando el padre de la sober- bia recibía del pie virgimal el último golpe que estrellaba..su cerviz; porque si bien «aquél viera que su bijo hacía cosas estupendas por las cuales suponía que era el Hijo de Dios, mas no podia Jleganse á persuadir que-fuese el Hijo natural de Dios, sino nno adoptivo como cualquiera otro. profeta , creyendo que un hijo.de una mujer. tan po- bre y humilde como María , no sería jamás el Hijo. del Altisimo. Para romper Jas. cadenas, con que este enemigo cruel tenia en grillos. al linaje humano, le:salía al encuentro en singular combate este Hijo de Dios, oeultándole el poder de su naturaleza divina, y objetándole la. debilidad de la humana ; porque si el cruel. y sober- bio hubiese podido rastrear el consejo de la misericordia divina , dice San Leon , en vez de enardecer los ánimos de los judios contra Je- sus, los hubiera mitigado para no perder con la muerte del inocente, la gran presa que tenía de todos los culpados (2). Mas Jesus no salió solo al combate, sino en compañía de su Madre, que era tambien lo que Dios presentaba al dragon antiguo, para. 20- A] OXÉÁ (4) Vocavit adversum me tempus. (Thren. cap. 1, v. 43.) (2) Serm. 141, de Pass. Domin.

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