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364 diciéndole que María era su Madre , entregando al poco su espíritu en manos de su Eterno Padre. Así vió morir la mejor Madre al. mejor de los hijos, sin habér- sele permitido ni darle la mano para quese levantase cuando caía, ni aplicar una gota de agua á sus labios, cuando se abrasaba de sed, ni estrecharlo junto á su seno, cuando daba los últimos suspi- ros. Es este paso de la vida de María de tanta importancia , como aquel en que consintió en la encarnacion del mismo Hijo, que aca- haba de ver morir: y no debemos detenernos en la corteza de los eventos , sino. entrar con la luz de la fe.en los profundos arcanos que contiene en su seno. Porque hay en María un amor infinito 4 su Hijo, y la pérdida de este Hijo entraña un dolor infinito : por consiguiente , la inten- sidad de este dolor tenía que prevalecer sobre la.vida natural. de la Vírgen que no era infinita: y por.lo mismo, muerto el objeto en quien. se terminaba el amor, era natural que muriese la tierna Ma- dre. Mas para contrapesar los estragos de un dolor infinito, estaba la fuerza infinita del amor de Dios., dando á su Madre tna fortaleza, que no podemos llamar sino infinita, porque entró á sustituir los pa- decimientos de la víctima ya inmolada ,. y á lleyar «sobre sí el peso del mundo, representando en sí misma lo inmenso y lo infinito. ¡Ah! cuando María dió su asenso para ser Madre del Hijo de Dios, representó á toda la naturaleza humana: pero despues que este Dios murió en la cruz , María, como Madre, heredaba..en la tierra 4.su Hijo, y lo representaba despues de muerto, representando tambien 4 cuanto estaba ligado con vínculo de amor á este Hijo. Ahora , pues, Jesucristo no tenía en el mundo más que penas y angustias : y al morir, es esto lo que hereda. su Madre. aceptándolo ella con resignacion,;. por lo que , concluida la pasion de Gristo en su guerpo y alma , continúa en el corazon de su Madre , y áun se .re- nueva toda entera. Así aquella lanzada, que dieron 4 Jesus tres horas despues de muerto, y era la que ponía término á los insultos de su san- tisima humanidad , no hizo padecer nada á Jesus por. estar exánime:: pero atravesó el corazon,de la: Madre , siendo entre tanto meritoria para su Hijo, porque éste la había previsto y ofrecido.al Eterno Padre, y éste la había aceptado. Y esta misma herida del costado del Redentor y cuantas tenía en su cuerpo, se renovaron poco despues en su Madre, cuando el santo cuerpo fué bajado de la eruz. Porque María fué reci- biendo una á una las espinas, y uno por uno los clavos enrojecidos con la sangre de su Hijo, y. despues recibió en su regazo el santo cuerpo , Y registró de .cerca Jos horrendos- estragos que. habían hecho en. él los tormentos ; y entónces se retrataron con perfeccion en su. alma las congojas de Gethsemaní, las bofetadas de la casa de Caifás, Jos azotes del Pretorio, las llagas de las manos y pies y la abertura del costado.

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