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JAS gue convenía más'que mariese un hombre solo, ántes que permitir que:toda la: nacion pereciese (1). Bien sabía que su Hijo se, entrega- ría» á/lamuerte:en aquellos dias, y que los gentiles se burlarian de él yolos-judíos le prepararian una eruz. Sin embargo, la Madre heroi- ca debía oir todo esto de los labios 'de su amado Jesus, para tener el mérito de ofrecer -ella tambien el sacrificio, consintiendo en su sepa= ración: ¡ Ab! El Eterno Padre, su Hijo hecho hombre, y, su amabi- lísima;Madre no tenían más que uná voluntad. Pero entre tanto, el corazon más generoso que ha habido entre mujeres , no pudo' ménos de'acordarse que era'corazon de madre ; pues al darla Jesus su á Dios para ir 4.morir, se. conmovió ,'eomo'se conmueven las altas rocas, sacadidas en. sus cimientos por horrendo: terremoto: y sus ojos, como dos fuentes cristalinas; empezaron 4 brotar lágrimas, cuales no ha producido: todavía el dolor de ninguna madre. ¡Qué escéña tan indeseriptible'! ¡Qué luces tan esplendentes de amor, desabiduria'; de ternura, de ágradecimiento y de esperanzas, embellecieron este “cuadro de luto' y de dolor! ¡Ah! Dios'no nevesita- ba: hablar mucho. / para manifestar sus ideas : una mirada de sus ojos, una: palabra de sus labios) una' lágrima de sus castísimos párpados, bastaron para decir'á su Madre; cuán: agradecido estaba á los benefi- cios que había recibido de ella, euánto dolor había sufrido su cora- zon:en la vida ,'cuánto le quedaba'que sufrir en la inminente muerte: mas tambien, cuán' glorioso seria 'el triunfo qué alcanzaría del ¡nher- no campliendo:con la voluntad: de su Padre. Separáronse , pues, el Hijo y la Madre; saliendo aquél con diez de sus discípulos de Bethania'; y encaminándose con ellos á Jerusalen, 4 donde había enviado de antermano'á otros dos”, para qué prepara- senclacena de la' Pascua. Majestuoso , afable, sereno y lleno «de ale- gría y va: marchando él divino Maestro ,' por cumplirsele ya: los deseos que de tanto tiempo! atrás abrigaba en “su corazon : entre tanto que- daba'en Bethania li magnánina Madre; aunque triste, llena tambien des constancia y para ir á morir con su Hijo, si se la concediera, dando ejemplo á las discipulas que tenía 4 salado, y en ellas '4 todos, de aquella conformidad qué hémos de tener 'con la voluntad. divina, cuando. el Señor nos: quita con la'muerte alguna de las personas, 4 quien amamos sáantamente. '¡ Ah! El amor de Dios es una ara, donde hemos de sacrificar todos nuestros 'afeétos. (1 "Soann 44,350 E o A Saa

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