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ID en Moisés, yy que los publicanos y las meretrices serían preferidos á ellos en el reino, de Dios; que perderían. este reino, dándose 4 otros pueblos que, diesen fruto,, y. por fin que eran solidarios de todos los erímenes contra los Profetas, y que caería sobre ellos toda la sangre derramada desde Abel, ya que estaban en la intencion de llenar la medida de los pecados de sus padres. Tanta fuerza y suavidad como había en las palabras de Jesucristo, acompañada de una vida sia mancilla, tanta obra buena como salía: de sus manos, tanto amor como mostraba á los pobres Y desventurados, y tanta libertad. como desplegaba para reprender, el vicio, al mismo tiempo que explicaba la naturaleza verdadera de las virtudes con pala— bras sencillas , confirmándolas todas con su ejemplo, elevaron su fama 4 un grado que sólo conviene al Dios, que se dienó conversar con los hombres. Paro al mismo tiempo, á medida que Jesus subía en la esti- macion del pueblo, bajaban sus adversarios : de modo que ellos mismos yeían ya que.su ruina era inevitable, pues todo elmundo se-¡ba tras de él. ¿Cuánto no hicieron estos hombres, para sorprender á Jesus en sus doctrinas, con el fin de denunciarló á una ú otra autoridad, Ó como sedicioso. 6. como impio? Preséntansele una vez cavilosos y astutos, hablándole de la resurreccion de los muertos; que no crejan, y Se retiran instruidos y avergonzados de su ignorancia. Vienen olra, con intencion dañada, á preguntarle cuál era segun su opinion el primer manda- miento, de la Jey; y lo.dejan por no haber podido sorprenderlo, y por haber quedado avergonzados en público, no habiendo sabido respon- der á una pregunta que Jesus les hizo (1). Al fin se le acercan alabán- dolo por su doctrina , y lisonjeandolo por.no ser aceptador de perso- nas , para en seguida armarle un lazo, proponiéndole la resolucion de una cuestion religiosa y política, para que cayeso en manos de la po- testad civil, si resolvía contra la segunda, ó en las de la eclesiastica, si lo hacía contra la.primera; y todo fué en vano, pues Jesus estable- ció los derechos de Dios, sin perjuicio de los, que tienen los hombras á quienes él da facultad. para gobernar los pueblos (2). Todas estas tentativas, frustadas hicieron que los enemigos de Je- sus pasasen.de la envidia á la ira, de la ira á la venganza y de la ven— ganza al proyecto de destruirlo: varias veces intentan : apedrearlo, pero,en balde, porque Jesus desaparece do, en medio de ellos: en- vian ministros que lo lleven. preso, y en vez de prenderlo , quedan ellos prendados de la doctrina y de la caridad de Jesus (3) ; decidi- dos, por fin.á perder cuanto tenían, ántes que exponerse 4 verse pri vados de la autoridad que tan ¡nícuamente ejercían, formaron un concilio sobre otro,,, para resolver la muerte de Jesus, y señalaron la 1) Matth., cap. 22, v. 46. (2) Ibid., v.21. (3) Joamn., cap»7, Vo 4,
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