BCCPAM000542-2-34000000000000

287 A descripcion del que les habló , y dice que no cree que haya cosa más hermosa en la tierra : otro refiere que cuando ha subido á la Pascua á Jerusalen, no ha oido una música como la de los ángeles; otro rela- ta, que el himno que oyó, lo puso extático y lo hizo llorar de gozo, y todos se arrodillan mil y mil veces, se extasian mirando al Niño : mil veces hacen otro tanto con la Madre , y despues salen predicando por todas partes, y diciendo que aquel Niño es más hermoso que el sol, que st Madre es más agraciada que todas las reinas, y que aquél es el Redentor de Israel (1). Cunde entre tanto la noticia, y por cuantas partes van estos hom- bres sencillos , crece el asombro al oir hablar de músicas del cielo, de ángeles, del gran Rey, de su Madre y de tantas maravillas , como pasaron en tan pocos momentos. Grande era el gozo que todo esto causaba al corazon de María, que meditaba en estas maravillas, y comparando los acontecimientos con las profecías, veía cuán admira- ble es Dios en sus obras , y cómo lleva con fuerza y suavidad todas las cosas á su fin. ¿Cuántas profecias no había visto cumplidas en un mo- mento? Sabía que una Virgen concebiría al Emanuel, y que éste se- ria el portento que Dios obraria para salvar al mundb, y lo hata yisto realizado; sabía que ninguno entraría por la puerta reservada al Sol dejusticia , porque él mismo entraría por ella estando cerrada, y quedando cerrada, y tambien lo habia visto realizado: sabia que la ciudad de Bethlehem había de dar nacimiento al gran Rey, y que los cielos y la tierra se habian de alegrar cuando éste viniese, y tam= bien lo había visto camplido. Asila prudentisima Señora conservaba en lo íntimo de su alma cuanto veía y entendía, glorificando á su Hi- jo, aún mejor que los ángeles , y siendo para con él la intérprete de la piedad sincera y candorosa de los pastores (2). Habiendo por tanto la Virgen Maria visto cumplidos en si misma tantos misterios, ho quiso déjar pasar el octavo dia despues de su sa- grado parto sin llenar uno de los requisitos que la ley prescribia á to- do hijo de Abrahan, y cumplir con lo que el ángel la había declara—= do de parte de Dios, al anunciarla la cualidad del Hijo que había de tener, y el nombre que había de llevar. Preparadas, pues, todas las cosas, y siendo probablemente el ejecutor de la sagrada ceremonia el castisimo esposo San José, fué circuncidado á los ocho dias de nacido el Hijo de Dios, siendo las gotas de sangre que-derramó de su sagra- da carne, las primicias de la que algun dia saldría á torrentes de sus múltiples heridas , y los sollozos infantiles el anuncio de los lamentos inenarrables con que rogaría en la cruz á su Padre por los pecado- res. ¿Quién , que tenga corazon, dejará de comprender el dolor que tendría la piadosa Señora, al ver teñidos los pañales de su Niño con Luc. cap. 2, v. 20. L (1) (2) Luc. cap. 2, v. 19. AS me HE Ea TFR AEREA A PY APAGERADIDS Y O APII RAIA Pl eE ! A UN Á 'ñ E 4 é 4 el

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz