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273 ¡Oh qué visita tan admirable y tan singular! No la verán jamás los siglos", nitan grande y humilde, ni tan sencilla y sublime, ni tan modesta en apariencias y tan rica en resultados. Iba el Dios de los Querubines en el trono de su amor á visitar á su propia criatura, y la Reina venía á ser sierva: y tanto el Rey de los siglos, como la Reina del mundo no iban sino á dispensargracias. Y si tantas conce- dieron en el primer momento de entrevista. con sus amigos, ¿cuántas no les darían en unos tres meses que estuvieron juntos? ¡Ahl Era la caridad el motivo por que saliera María desu casa , y esta misma virtud la hizo estarse como tres meses con su prima, para ayudarla á ella en sus afanes, y para derramar con su presencia el ungúento de la integridad virginal en el precursor de su Hijo , y prepararlo asi al ejercicio de la penitencia y de la predicacion de la verdad, é inspirar- le la fortaleza necesaria para morir en su defensa (1). ¡Oh , cuánto se aprovecha en la escuela de María! ¡Cuánto tiem- po'se pierde en el mundo en visitas vanas, donde no reina la since= ridad, sino la falsedad , y donde no se hace más que corromperse á sí mismo y corromper á los demás! Huyamos de los mundanos , y bus-= quemos la dulce presencia de María ! Oh dulcísima Señora y piadosísima Madre, tu dijiste que todas las generaciones te llamarían bienaventurada , y nosotros nos alegramos de ver, que se ha cumplido tu profecía : y rebosamos en santa ale- ería, al concurrir nosotros tambien á formar un coro de alabanza con todos los siglos. Bendita eres tú por tanto de los cielos , bendita de la tierra, bendita de los ángeles, bendita de los . hombres, bendita de nuestra alma, bendita de nuestra fe y bendita de nuestros corazones. Haz pues, oh clementísima Reina , que nuestros labios te bendigan á la hora de nuestra muerte , para que huya de nosotros el enemigo , y en ta compañía glorifiguemosá tu hijo por los siglos de los siglos. Así sea. S.IV . La prueba del Esposo justo, y el consuelo de la Virgen Madre. Uno de los acontecimientos más grandes de la vída de la Virgen, y que más claramente revela el heroismo de virtud de ella y de su esposo San José, fué el que ocurrió al poco que los dos volvieron á Nazareth , despues de haber cumplido aquélla con los deberes de la más fina amistad hácia su prima Santa Isabel. Fué este evento una de 1) Nec immerito Joannes Baptista mansit integer corpore, quem tribus mensibus oleo quodam sux presentie, et integritatis unguen- to Domini Mater exercuit. (S. Ambros., de institution. virgin.) 18

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